“En lo más profundo” (Deep Water) es, en esencia, un thriller psicológico que se adentra en las aguas turbias de la paranoia, el control y la obsesión. La película de Karim Aclémán, aunque no llega a la excelencia que le valió el reconocimiento crítico inicial, ofrece una experiencia cinematográfica tensa y perturbadora, que permanece en la mente mucho después de que terminan los créditos. La historia, centrada en Caden Raines (Charlize Theron), una adinerada y sofisticada escritora, se complica cuando su marido, Vance (Ben Affleck), desaparece misteriosamente. Para proteger a su hijo, Spencer (Lucas Hedges), de cualquier posible implicación, Caden decide llevar a cabo una elaborada y retorcida solución: simular su propia muerte, sumergiéndose en una existencia clandestina para evitar que Spencer se vea envuelto en la investigación.
Charlize Theron entrega una actuación magistral como Caden Raines. Aclémán, por su parte, logra evocar una profunda sensación de angustia y vulnerabilidad en el personaje de Caden, aunque a veces su interpretación se ve lastrada por un tono excesivamente melancólico. La relación entre Caden y Spencer, interpretado con una naturalidad impactante por Lucas Hedges, es el núcleo emocional de la película y ofrece momentos de gran intensidad. La dinámica entre ambos, marcada por el resentimiento y la dependencia, es lo que realmente dota a la historia de profundidad. Ben Affleck, aunque no es el protagonista, ofrece un retrato convincente de un marido aparentemente inofensivo pero con secretos ocultos. Su interpretación, fría y calculada, es crucial para entender la complejidad de la situación.
La dirección de Karim Aclémán es elegante y sutil, jugando con la cinematografía para generar una atmósfera opresiva y claustrofóbica. El uso de la luz y la sombra, junto con una banda sonora inquietante, contribuyen a mantener al espectador en un estado constante de tensión. Sin embargo, el guion, aunque inteligente en su planteamiento, se permite, en algunos momentos, ser un poco demasiado lento y repetitivo. La complejidad de la trama, aunque intrigante, puede resultar abrumadora para el espectador, y la resolución final, aunque lógica, no llega a satisfacer plenamente las expectativas generadas. Se echa de menos que la película profundizara más en el trasfondo de la obsesión de Caden, explorando con mayor detalle los orígenes de su control y sus mecanismos de defensa.
En definitiva, “En lo más profundo” es una película que invita a la reflexión sobre la naturaleza del amor, la culpa y el poder del control. Es un thriller psicológico que, a pesar de sus defectos, ofrece una experiencia cinematográfica estimulante y memorable. El retrato de la paranoia y la búsqueda de la redención, aunque a veces se siente un tanto pretencioso, es una prueba más del talento de sus directores y actores.
Nota: 7/10