En peligro de extinción (2021)

“En peligro de extinción” es una película que, a pesar de sus elementos de suspense y la promesa de un thriller naturalista, termina siendo una experiencia visualmente impactante pero emocionalmente distante. La dirección de Roger Christian, responsable de decorados icónicos como el Burj Khalifa, demuestra su maestría en la creación de atmósferas, y logra, con un notable uso de planos largos y la fotografía de Peter Deming, recrear el desierto africano con una belleza casi irreal, casi excesiva en ocasiones. Sin embargo, esa belleza artificial, quizás por la necesidad de mantener una estética visualmente impecable, le resta realismo a las situaciones que se desarrollan. El sonido, por otro lado, es uno de los puntos fuertes: el rugido del viento, los pasos de los animales, la caída de los cuerpos… todo contribuye a generar una sensación palpable de peligro y vulnerabilidad.

Las actuaciones son inconsistentes. Chris Hemsworth, en el papel de Jack Halsey, transmite una frialdad que, en principio, resulta apropiada para un hombre enfrentándose a una situación extrema. Su actuación, sin embargo, carece de la profundidad emocional necesaria para generar una conexión real con el espectador. No se ve la angustia, el miedo, la desesperación… simplemente se ve un hombre actuando bajo presión. El resto del elenco, incluyendo a Samantha Morton y Ben Whishaw, se ven superados por la interpretación de Hemsworth, aunque Morton aporta un punto de equilibrio con una determinación feroz. La química entre los actores, especialmente la relación entre Jack y su esposa, no se establece de forma convincente, lo que dificulta la empatía hacia su destino. La actuación de los actores secundarios, particularmente los que interpretan a los miembros del clan de hienas, logran generar una sensación de amenaza primitiva e incontrolable.

El guion, que se basa en un concepto interesante – el instinto de supervivencia humana frente a la brutalidad de la naturaleza – se complica por un ritmo irregular y, en ocasiones, inverosímil. Algunas escenas de acción, aunque coreografiadas con precisión, se ven sobrecargadas y buscan el impacto visual por encima de la lógica. La historia, en su núcleo, plantea cuestiones sobre la fragilidad de la vida y la importancia de la conservación, pero estas ideas se pierden en un despliegue de violencia que, a veces, se siente expositivo y poco reflexivo. La trama se complica con la introducción de elementos fantásticos, como la presencia de un leopardo con una mirada perturbadora, que, aunque visualmente impactante, no encaja del todo con el tono general de la película. El final, abrupto y con una resolución que parece sacada de una novela pulp, desaprovecha el potencial dramático que la película podría haber tenido.

En definitiva, “En peligro de extinción” es una película que ofrece momentos de tensión y belleza visual, pero que no logra transmitir una experiencia cinematográfica completa. La dirección competente y la fotografía impresionante no son suficientes para compensar los defectos del guion y las actuaciones inconsistentes. Es un espectáculo visual que, sin embargo, no cala hondo emocionalmente.

Nota: 6/10