“¿En qué piensan los hombres?” es una película que, lejos de ser la comedia satírica que su sinopsis inicial sugirió, se revela como una exploración inquietante y sutilmente perturbadora de las dinámicas de poder, el sexismo latente y la manipulación emocional en el mundo profesional. La película, dirigida por Andrew Dominek, no ofrece risas fáciles, sino una reflexión incómoda que, curiosamente, resulta más vigente que nunca en el contexto actual.
El personaje de Ellen (Rebecca Ferguson), una ejecutiva de marketing con una capacidad única: escuchar los pensamientos de los hombres a su alrededor, se convierte en el eje central de la trama. Ferguson, como siempre, ofrece una actuación magistral. No se trata de una comedia que busca ridiculizar a los hombres, sino de una interpretación profunda de la frustración, la desesperación y la necesidad de control de una mujer que se siente sistemáticamente desvalorada y minimizada. Su interpretación transmite una mezcla perfecta de vulnerabilidad y determinación, lo que la convierte en una protagonista compleja y, paradójicamente, empática a pesar de sus acciones.
El guion, aunque inicialmente concebido como una comedia, evoluciona hacia un thriller psicológico con un ritmo pausado pero efectivo. Dominek evita caer en clichés y, a medida que Ellen comienza a comprender la lógica subyacente en los pensamientos masculinos – su necesidad de ser validados, su vanidad y su temor a ser percibidos como débiles – la película se vuelve cada vez más inquietante. La manipulación que emplea no se presenta como un acto puramente malicioso, sino como una reacción a un entorno que le ha enseñado a subestimar su inteligencia y su valor. La película plantea preguntas difíciles sobre la naturaleza del poder y cómo éste se ejerce, a menudo de manera inconsciente, en las relaciones laborales y sociales.
La dirección es precisa y destaca en la caracterización de los personajes secundarios. Los hombres, lejos de ser caricaturas, son retratados con matices, mostrándonos sus inseguridades y sus motivaciones. La banda sonora, minimalista y evocadora, complementa perfectamente la atmósfera de tensión constante que la película genera. A lo largo del desarrollo, la trama consigue crear un genuino sentido de suspense, manteniendo al espectador constantemente preguntándose si Ellen está utilizando su don para su propio beneficio o para, en realidad, denunciar la injusticia que siente.
Sin embargo, el ritmo lento, aunque contribuye a la atmósfera de suspense, podría resultar tedioso para algunos espectadores. Además, el final, aunque coherente con la historia, podría haber sido un poco más ambigüedad para estimular la reflexión posterior. No obstante, "¿En qué piensan los hombres?" es una película que merece la pena ver, especialmente para aquellos interesados en explorar temas como el sexismo, la manipulación y el poder en el ámbito profesional. Es una obra provocadora que, incluso después de terminarla, sigue resonando en la mente.
Nota:** 7/10