En un barrio de Nueva York (2021)

“En un barrio de Nueva York” no es simplemente una película; es una inmersión profunda en el corazón de un microcosmos cultural y emocional. Lin-Manuel Miranda, como guionista y director, logra capturar la esencia de la vibrante comunidad dominicana de Harlem, no como un cliché estereotípico, sino como una entidad viva, compleja y llena de sueños incumplidos. La película, estrenada en 2018, se centra en la vida de Bernie (Jeffrey Wright), un hombre que ha dedicado su vida a la bodega que heredó de su padre, y que anhela regresar a su República Dominicana natal, un deseo constante que se ve frustrado por las circunstancias. Pero la verdadera fuerza de la película reside en la narrativa paralela que se desarrolla en torno a la noticia del premio mayor de la lotería, un evento que sacude al barrio y provoca una cascada de ambiciones y desesperaciones.

La dirección de Miranda es magistral. No rehúye la crudeza y la realidad del barrio, mostrando la lucha diaria por la supervivencia, la pobreza y la desigualdad. Sin embargo, logra equilibrar la dureza con momentos de genuina calidez y humor, creando una experiencia cinematográfica rica y contradictoria. La coreografía y el uso de la música, elementos cruciales del original musical, se integran de manera orgánica y efectiva en la narrativa, no como un añadido espectacular, sino como una expresión natural de las emociones y aspiraciones de los personajes. Las escenas que involucran la música son particularmente poderosas, transmitiendo un torbellino de sensaciones y emociones que resuenan profundamente en el espectador.

El elenco es, en su mayoría, excepcional. Jeffrey Wright ofrece una interpretación imponente como Bernie, transmitiendo con sutileza la carga de sus sueños y sus silencios. Pero la película no se centra únicamente en él. El resto del reparto, incluyendo a Jimmy Smits, Rita Moreno, Leslie Odom Jr. y Denzel Washington (con una breve pero impactante aparición), aportan profundidad y matices a los personajes secundarios, creando un retrato colectivo de una comunidad diversa y fascinante. La química entre los actores es palpable, enriqueciendo las interacciones y las escenas dramáticas.

El guion es, a veces, un poco extenso y desordenado, especialmente en la primera mitad. Si bien las múltiples historias que se entrecruzan aportan complejidad, también pueden resultar confusas para el espectador. Algunas subtramas, aunque interesantes, podrían haber sido condensadas para mejorar el ritmo general de la película. Sin embargo, el mensaje central sobre la esperanza, el sacrificio y la búsqueda de la felicidad es contundente y conmovedor. La película explora temas universales como el legado familiar, la identidad cultural y la importancia de perseguir los sueños, aunque sea a pesar de las adversidades. Es una película que te hace reflexionar sobre el significado de la familia, la comunidad y la posibilidad de encontrar la felicidad en los lugares más inesperados.

En definitiva, “En un barrio de Nueva York” es una obra cinematográfica ambiciosa y conmovedora que celebra la riqueza de la cultura dominicana y la perseverancia del espíritu humano. Aunque la narrativa pueda ser un poco compleja en algunos momentos, la belleza de las imágenes, la fuerza de las actuaciones y la profundidad de los temas explorados la convierten en una experiencia inolvidable.

Nota: 8/10