Encanto (2021)

“Encanto” no es solo una película animada, es una carta de amor a las familias latinoamericanas, envuelta en una estética deslumbrante y una melodía inolvidable. Disney ha logrado un equilibrio perfecto entre la fantasía vibrante, la tradición cultural y la exploración de la vulnerabilidad inherente a las relaciones familiares. La película, en esencia, es un triunfo visual y auditivo, pero profundiza en temas universales que resuenan mucho más allá de las fronteras de la animación.

La dirección de Jared Bush y Víctor Villareal es magistral. Logran transformar la idea de un pueblo mágico escondido en las montañas colombianas en un espacio tangible y creíble. La paleta de colores es explosiva, evocando la riqueza de la cultura colombiana, desde los textiles tradicionales hasta la exuberante vegetación de las montañas. Sin embargo, esta exuberancia no es superficial; la cámara se toma su tiempo explorando cada rincón, cada detalle, transmitiendo una sensación de autenticidad que pocos estudios de animación logran igualar. Es una dirección que celebra el color y la tradición, pero también acierta en captar la atmósfera melancólica que subyace a la aparente perfección de la familia Madrigal.

Las actuaciones son excepcionales. Stephanie Beatriz, como Mirabel, entrega una interpretación conmovedora, transmitiendo a la perfección la inseguridad, la búsqueda de identidad y el deseo de pertenecer que siente la protagonista. La dinámica entre Mirabel y su familia es el corazón de la película y sus interpretaciones son convincentes y matizadas. El resto del elenco, incluyendo a cantarines de renombre como Lin-Manuel Miranda y Jessica Darrow, aportan una vitalidad y una autenticidad que enriquecen la experiencia. Particularmente, la voz de Úrsula, interpretada por Carolina Herrera, es un verdadero deleite, combinando humor con una inquietante melancolía.

El guion, en gran medida, se beneficia de su enfoque en la relatabilidad. Si bien la premisa de una familia con dones mágicos puede parecer fantástica, la película explora las presiones que pesan sobre cada miembro, las expectativas que se generan y las dificultades de mantener una fachada de perfección. El conflicto central, la amenaza a la magia del Encanto, no es solo un elemento de trama, sino una metáfora de las tensiones internas que pueden surgir dentro de una familia. La película no rehúye de la imperfección; la felicidad de los Madrigal se construye sobre una base de secretos y pequeñas decepciones. La banda sonora, con canciones memorables, no solo acompaña la acción sino que también amplifica las emociones que se desentrañan a lo largo de la trama. El guion, sin embargo, podría haber profundizado un poco más en las motivaciones de algunos de los personajes secundarios, aunque esto no resta valor a la fuerza de la historia principal.

En definitiva, “Encanto” es una película que te arranca el corazón y te deja con una sonrisa. Es una celebración de la familia, la cultura y la belleza del imperfecto. Una joya del cine animado que merece ser vista y revisitada.

Nota: 9/10