Entérate: soy virgen (2010)

“Entérate: soy virgen” es, sin duda, una película que entra en la categoría de “entretenimiento puro”, un escape cómico a veces torpe, pero consistentemente divertido. Dirigida por Jeff Baena, la película no pretende ser una obra maestra cinematográfica, y su ambición reside en ofrecer una parodia inteligente y desenfadada de las obsesiones y los dilemas de la generación actual a través de la lente de la pérdida de la virginidad. La película no intenta trascender lo absurdo que plantea, sino que abraza ese absurdo con una naturalidad que resulta, en última instancia, refrescante.

La dirección de Baena es, en esencia, sutil pero efectiva. Evita caer en la explotación gratuita y se centra en el desarrollo del personaje de Matt, interpretado con una vulnerabilidad encantadora por Daniel Dalby. Dalby logra transmitir con credibilidad la torpeza emocional y la frustración de un joven que se siente marginado y ridiculizado por sus amigos. El humor nace, en gran medida, de esta incomodidad, de la sensación de que Matt es el último en un juego que parece haber terminado. El director juega con el contraste entre la vergonzosa grabación viral y la aparente normalidad de la vida cotidiana de Matt, generando momentos de genuina comicidad. La película se beneficia de una fotografía que, aunque no es particularmente innovadora, sirve para ambientar las escenas y acentuar el tono cómico.

En cuanto a las actuaciones, además de la destacada labor de Dalby, la película cuenta con un elenco de secundarios que aportan matices y personalidad. Erica McFerrin como la novia de Matt, inicialmente presentada como la culpable, evoluciona a lo largo de la trama, mostrándonos una capacidad sorprendente para la manipulación y la ambición. El personaje de la estrella porno, interpretado por Kristen Schaal, es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Schaal aporta un aire de despreocupación y naturalidad que contrasta de forma divertida con la situación de Matt, creando momentos memorables. La película no se toma a la propia industria del porno con seriedad, sino que la aborda con una perspectiva irónica y desenfadada.

El guion, escrito por Jeff Baena y Jake Szymanski, es donde reside la mayor debilidad de la película, aunque no la impidiéndola de ser entretenida. A veces, la comedia se siente un poco forzada y recurrente a ciertos clichés. Sin embargo, la premisa, la idea de un joven que se venga de su novia después de perder la virginidad y convertirse en una sensación viral, es inherentemente atractiva y proporciona un contexto para explorar temas como la fama, la privacidad, la identidad y la búsqueda de la aceptación. La película explora la cultura de internet, las redes sociales y las expectativas sociales con una mirada fresca y un tanto irreverente. Aunque el ritmo no es especialmente ágil, y algunas escenas podrían haberse extendido o acortado, la película mantiene la atención del espectador gracias a su humor peculiar y sus personajes entrañables. La estructura narrativa, basada en la secuencia de eventos que llevan a Matt a la fama, funciona bien y mantiene el interés.

Nota:** 6.5/10