Entre mujeres (2007)

“Entre mujeres” (Little Women, 2023) no es, como su título puede sugerir, una adaptación directa de la novela de Louisa May Alcott. Es, en cambio, una relectura moderna y sorprendentemente conmovedora sobre la búsqueda del propósito y la aceptación, envuelta en un drama familiar donde la fortaleza femenina es la verdadera protagonista. La película, dirigida por Greta Gerwig con una sensibilidad que evoca a la perfección a su anterior trabajo, “Mujercitas”, logra un equilibrio delicado entre la comedia y la melancolía, creando una experiencia cinematográfica rica y gratificante.

Adam Brody como Carter Webb ofrece una actuación honesta y sutil. Su personaje, un escritor frustrado y emocionalmente vulnerable, es un hombre que ha perdido la capacidad de conectar con el mundo. No es un héroe tradicional, ni siquiera simpático al principio, y Brody lo retrata con una fragilidad genuina. Su evolución, impulsada por las relaciones que establece en Detroit, es el núcleo emocional de la película. Sin embargo, la verdadera brújula de la película reside en el reparto femenino. Meg Ryan, después de años en el ostracismo, vuelve a brillar con una lucidez y una vulnerabilidad que le otorgan una profundidad inesperada a su personaje, Sarah. Kristen Stewart, por otro lado, aporta una presencia enigmática y una vitalidad juvenil que contrasta con la madurez de las mujeres que la rodean. Makenzie Vega, con una actuación particularmente destacada, se muestra como Paige, una niña precoz que, con su inteligencia y su sensibilidad, desafía las convenciones y obliga al espectador a cuestionar las definiciones de edad y madurez. La química entre las tres actrices es palpable y fundamental para el éxito de la película.

El guion de Gerwig y Sarah Polley es inteligente y no teme a la complejidad emocional. No presenta soluciones fáciles ni finales felices de forma superficial. La película explora temas como el duelo, el legado familiar, la presión social sobre las mujeres y, sobre todo, la necesidad de encontrar tu lugar en el mundo. La estructura narrativa, dividida en capítulos que se asemejan a novelas, permite una inmersión profunda en las vidas de las personajes y ofrece múltiples perspectivas. El uso del color y la composición de la imagen, propios del estilo de Gerwig, refuerza la atmósfera intimista y emocional de la historia. La película, aunque a veces se inclina por un sentimentalismo excesivo, logra mantener su autenticidad gracias al enfoque en la humanidad de sus personajes. No se trata de una película que busca emocionarte por momentos dramáticos, sino de conectar con la experiencia humana a través de las relaciones interpersonales.

En definitiva, “Entre mujeres” es una película que, más allá de la trama, invita a la reflexión. Es una historia sobre cómo el amor y la conexión pueden sanar heridas y abrirnos a nuevas posibilidades. No es una película perfecta, pero sí una experiencia cinematográfica valiosa y conmovedora.

Nota: 8/10