Escalada al poder (1979)

“Escalada al poder” es una película que se adentra en los entresijos del poder político estadounidense con una narrativa que, aunque planteada con interés inicial, carece de la profundidad y la complejidad que esperaba de un thriller legal. La trama, centrada en la rivalidad entre un senador liberal y una investigadora, ofrece una premisa prometedora: la lucha contra la Corte Suprema y las consecuencias personales que acarrea un enfrentamiento de tal magnitud. Sin embargo, la ejecución no alcanza a ser completamente satisfactoria.

La dirección de William J. Clover es funcional, manteniendo el ritmo de la historia y presentando los escenarios legales con cierta autoridad. No obstante, carece de una personalidad propia y a veces se permite caer en soluciones narrativas un tanto artificiosas para mantener el interés. Hay momentos en los que la película parece un tanto forzada, especialmente en la construcción de algunos flashbacks que, aunque necesarios para contextualizar a los personajes, se sienten un poco descolgados de la trama principal. La tensión legal que se propone se diluye en ciertos momentos, perdiendo la visceralidad que se podría haber logrado.

El núcleo de la película reside en las actuaciones de los protagonistas, James McAvoy y Alison Pill. McAvoy, en el papel de Joe Tynan, ofrece una interpretación sólida, transmitiendo la ambición y la convicción de un hombre dispuesto a hacer cualquier cosa para defender sus ideales. Pill, por su parte, es convincente como Karen Traynor, mostrando la evolución de una mujer que, inicialmente desinteresada, se ve involucrada en una batalla política mucho mayor de la que anticipaba. La química entre ambos actores es notable, y su relación profesional que se transforma en algo más es uno de los puntos fuertes de la película. La tensión sexual, aunque presente, se maneja con sutileza y no resulta gratuita.

El guion, sin embargo, presenta algunas fallas. Si bien la premisa es interesante, la trama a veces se siente desordenada y carece de un desarrollo profundo de los personajes secundarios. Algunas subtramas se introducen sin una justificación clara y, en consecuencia, se sienten irrelevantes para el desenlace final. La película toca temas como la corrupción, el extremismo judicial y la polarización política, pero no los explora en profundidad, limitándose a presentarlos como elementos de la trama. Se podría haber profundizado en las motivaciones de los diferentes personajes y en las implicaciones éticas de sus acciones, otorgando así mayor peso a la película. La resolución, aunque satisfactoria en cuanto al desenlace, termina siendo algo abrupta y no deja un impacto duradero.

En definitiva, “Escalada al poder” es una película entretenida pero superficial, que ofrece un buen espectáculo visual y actuaciones sólidas, pero que no alcanza a profundizar en los temas que plantea. Es un thriller legal que podría haber sido mucho más que lo que es.

Nota: 6/10