Escrito sobre el viento (1956)

“Escrito sobre el viento” (Written on the Wind), estrenada en 1944, no es simplemente una película; es una experiencia cinematográfica intensa, una inmersión en el mundo de la opulencia, la ambición desmedida y la pérdida, adornada con la maestría estética de Vincente Minnelli. Aunque su época le otorga una elegancia particular, la película sigue resonando con una fuerza que desafía el paso del tiempo, a menudo eclipsada por su reputación de ser una obra inacabada y problemática.

El guion, adaptado de la novela homónima de Earnest McNally, es intrincado y, a veces, confuso. Se centra en la relación entre Kile Hadley (Gary Cooper), un hombre de negocios implacable y marcado por el alcoholismo, y Lucy Moore (Claire Trevor), una mujer de belleza innegable con un pasado turbulento. La historia se expande para incluir a Mitch Wayne (Walter Phelan), el leal amigo de Kile, quien se ve atrapado en un triángulo amoroso que amenaza con desmoronar vidas enteras. La complejidad del guion, sin embargo, también es su mayor debilidad. Hay pasajes que se arrastran innecesariamente y otros que, aunque visualmente impresionantes, carecen de profundidad emocional. Minnelli se inclina por la grandilocuencia, construyendo escenarios y escenas que, aunque visualmente hermosos, a veces sacrifican la autenticidad.

Gary Cooper, en el papel de Kile Hadley, ofrece una interpretación magistral. Logra capturar la contradicción de un hombre capaz de ser cruel e insensible, pero también de momentos de vulnerabilidad y, a veces, de profunda melancolía. Su actuación es sutil pero efectiva, transmitiendo la lucha interna de un hombre que se debate entre el pasado y la posibilidad de un nuevo comienzo. Claire Trevor, por su parte, es radiante como Lucy Moore. Su interpretación es la columna vertebral de la película, transmitiendo la inteligencia, la belleza y el dolor de una mujer que se encuentra en una encrucijada. La química entre Cooper y Trevor es palpable, y la tensión erótica que irradia entre ellos es uno de los pilares fundamentales de la película.

Minnelli, con su habitual estilo visual, utiliza la luz y la sombra para evocar la atmósfera de la época y para enfatizar los contrastes entre los personajes. Las escenas en las lujosas mansiones y los paisajes desérticos son especialmente memorables, creando un mundo de opulencia y soledad. La banda sonora, de Philip Glass (una reedición posterior), aunque en sí misma no es la original, complementa de forma efectiva la estética cinematográfica. Sin embargo, es un punto débil de la película, ya que el sonido original de la época no está fácilmente disponible para escuchar.

A pesar de sus problemas de producción y de su carácter fragmentado, “Escrito sobre el viento” es una película fascinante, con un valor histórico considerable. Es una exploración ambiciosa de temas como el amor, el poder, la ambición y la redención, y una muestra del estilo cinematográfico único de Vincente Minnelli. No es perfecta, pero su impacto visual y la calidad de las interpretaciones son innegables.

Nota: 7/10