Escuela para fracasados (2018)

“Escuela para fracasados” (We Own the Night) es una película que, a primera vista, puede parecer un cliché sobre la redención y el segundo oportunidad, pero tras la fachada de la comedia adolescente, se esconde una obra sorprendentemente humana y con un toque nostálgico que conecta con aquellos que ya han pasado por la adolescencia con sus propias dificultades. El director Peter Chelsom consigue construir una atmósfera de autenticidad que es una de las claves del éxito de la cinta, lejos de las exageraciones típicas del género.

La película se centra en un grupo de jóvenes marginados y problemáticos de Nueva York, cada uno con sus propias demonios. Los protagonistas, liderados por Robert De Niro como el ex-policía Mickey Giaccio, se ven obligados a participar en un programa de educación para adultos con la esperanza de que aprueben el examen de GED, un paso crucial para salir de sus vidas autodestructivas. El guion, coescrito por Chelsom y Stephen Friedman, no rehúye la realidad cruda de la calle, pero lo hace con una sensibilidad que permite al espectador identificarse con estos personajes. No se trata de héroes, son individuos que han sido víctimas de las circunstancias y que luchan por encontrar un camino. La relación entre Mickey y los jóvenes, que representan las nuevas generaciones, genera momentos genuinamente conmovedores y, a menudo, hilarantes. El guion explora temas como la paternidad, la responsabilidad, la búsqueda de identidad y la redención, todo ello envuelto en un relato visualmente rico y con diálogos naturales, que emanan del estilo de vida de sus personajes.

La dirección de Chelsom es, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. No busca el espectáculo, sino la observación. Captura la dinámica del grupo, la tensión entre los personajes y la atmósfera melancólica de las calles de Nueva York. La película utiliza la iluminación y la fotografía para reforzar la sensación de aislamiento y desesperación, pero también para celebrar la esperanza y la posibilidad de cambio. Robert De Niro ofrece una interpretación magistral. Mickey Giaccio es un personaje complejo y atormentado, un hombre roto que ha perdido su esposa y ha caído en la adicción. Su evolución a lo largo de la película es creíble y conmovedora, y su relación con los jóvenes se construye con naturalidad y honestidad. Las actuaciones del resto del reparto, incluyendo a Josh Lucas, Freddy Rodríguez, Stephen Root y Michael Shannon, son igualmente sólidas, aportando profundidad y matices a los personajes secundarios.

Aunque el argumento es predecible en algunos aspectos, la película logra superar el cliché gracias a la autenticidad de sus personajes, la dirección cuidadosa y las actuaciones convincentes. "Escuela para fracasados" es una película que te invita a reflexionar sobre la importancia de la segunda oportunidad y el poder de la conexión humana. Es un pequeño tesoro cinematográfico que merece la pena descubrir y recordar. Un melodrama con humor negro y un mensaje esperanzador que, sorprendentemente, ha envejecido muy bien.

Nota: 7/10