Esperando un respiro (1995)

“Esperando un respiro” es una película que, aunque basada en un material literario popular y prometedor, se queda a medio camino entre el potencial y la ejecución. Terry McMillan ha creado un escenario fascinante: cuatro mujeres afroamericanas, de orígenes y experiencias diversas, unidas por la esperanza, a menudo torturada, de encontrar una relación estable y satisfactoria con un hombre. El filme captura con exactitud esa frustrante paradoja de la búsqueda del amor en el siglo XXI, con sus expectativas, decepciones y, sobre todo, la dificultad de romper con patrones de comportamiento arraigados.

La dirección de Stella Shores se mantiene bastante discreta, evitando los excesos dramáticos y centrándose en el desarrollo de las relaciones entre las protagonistas. Esto se traduce en conversaciones largas y, a veces, lentas, pero necesarias para comprender la complejidad de sus motivaciones y conflictos internos. No obstante, la película podría haber beneficiado de una mayor experimentación visual y una edición más dinámica, especialmente en las escenas que se centran en la cotidianidad de sus vidas. Shores logra una atmósfera realista, pero a veces la película se siente un tanto plana, carente de un pulso emocional más contundente.

El núcleo de la película reside en las actuaciones de las cuatro actrices principales. Robin Montgomery, interpretada por Bresha Sandell, encarna a la perfección la frustración y la resignación de una mujer que ha estado esperando durante años. La transformación de Savannah, interpretada por Lauren London, es uno de los puntos fuertes del filme: la evolución de su ambición profesional y su relación con su amante son retratadas con una mezcla de honestidad y humor. La interpretación de Kim Yoon Ju como Bernadine, una mujer rica con una vida personal complaciente, ofrece un matiz interesante sobre la presión social y las expectativas familiares. Sin embargo, la actuación de Nicole Ari Parker como la "vidente" de la película, a pesar de ser un personaje secundario, resulta algo exagerada y fuera de lugar en el contexto general de la narrativa.

El guion, adaptado de la novela de McMillan, se centra principalmente en el diálogo y en las conversaciones íntimas entre las personajes. Aunque esto permite una comprensión profunda de sus pensamientos y sentimientos, también puede resultar a veces redundante. La película aborda temas importantes como la independencia femenina, la familia, la raza y las expectativas sociales, pero a menudo lo hace de manera superficial, sin profundizar en las implicaciones más amplias. Podría haber explorado con mayor profundidad las raíces de sus patrones de comportamiento y las dinámicas de poder que existen en sus relaciones. En general, el guion es sólido pero carece de la chispa que haría que la película destacara como una obra verdaderamente memorable. La fuerza del material original se ve a veces eclipsada por la simplificación necesaria para la adaptación cinematográfica.

Nota: 6.5/10