Espía como puedas (1996)

“Espía como puedas” (Spy Time) no es una revolución del género espía, ni mucho menos una epopeya cinematográfica. Es, en esencia, una secuela de secuelas, un guiño nostálgico a la comedia de espías de los 60 y 70, con la suficiente modernidad para no resultar completamente desconectada. Y, a pesar de ello, funciona sorprendentemente bien, sorprendiendo por su agilidad y, sobre todo, por el genuino placer que transmite.

La película, dirigida por Christian Dubeux, no se toma la historia en serio, ni siquiera por un segundo. El tono es deliberadamente exagerado, casi paródico. Dubeux maneja con maestría la estética retro, con un diseño de producción que evoca la estética de las películas de James Bond, pero con un toque más desenfadado y colorido. La banda sonora, con sus sintetizadores y ritmos electrónicos, complementa a la perfección la atmósfera de parodia inteligente. Sin embargo, debajo de la superficie, hay una dirección visualmente atractiva y un ritmo trepidante que mantienen el interés del espectador.

La película se centra en Dick Steele, interpretado por Pierce Brosnan, quien, a pesar de su edad, recupera con entusiasmo el papel que lo consagró como estrella. Brosnan aporta al personaje la necesaria ironía y esa actitud despreocupada que lo caracterizan. La química entre Brosnan y Rose Byrne, que interpreta a la agente 3.14, es un punto fuerte. Byrne aporta frescura y carisma al personaje, ofreciendo una interpretación sutil pero efectiva. La relación entre ambos, que evoluciona de forma natural a lo largo de la película, es uno de los pilares del éxito de la comedia.

El guion, escrito por Dan Mazur y Frank Serafina, se basa en chistes visuales y diálogos rápidos. Si bien no se adentra en temas profundos o complejos, la historia es entretenida y mantiene una estructura sólida. Algunos chistes pueden resultar un poco predecibles, pero la película no se preocupa por ello, priorizando el entretenimiento puro y duro. La trama, aunque simplificada, es lo suficientemente interesante como para enganchar al espectador. La película, en esencia, se basa en la comedia de errores y situaciones absurdas, y cumple con esta función a la perfección.

“Espía como puedas” no busca ser una obra maestra, ni mucho menos. Es un homenaje al género, una secuela divertida y refrescante que, aunque no innovadora, ofrece una buena dosis de entretenimiento. La película es un recordatorio de que a veces, la simpleza y el humor inteligente pueden ser más efectivos que la grandilocuencia y la pretensión. Si buscas una película para desconectar y pasar un buen rato, esta puede ser una opción interesante. No esperes un thriller de espías complejo, sino una comedia de espías divertida y accesible.

Nota: 7/10