Espías como nosotros (1985)

“Espías como nosotros” (Spy Hard, 2002) es una comedia de espías que, a primera vista, podría parecer un mero ejercicio de chistes fáciles y situaciones absurdas. Sin embargo, bajo la superficie de lo evidentemente cómico, se esconde una película sorprendentemente entretenida y, sorprendentemente, con algunas ideas originales y un toque de inteligencia que, en el contexto del género, merece ser apreciada. La película, protagonizada por Chevy Chase y Dan Aykroyd, entrega una experiencia de entretenimiento ligero y, en ocasiones, hasta inesperadamente divertida.

La premisa, con Chase y Aykroyd interpretando a dos agentes de la CIA cuyas vidas son invadidas por un ex-agente ruso, es, de nuevo, bastante básica. Sin embargo, la película se beneficia de la química innegable entre ambos actores, quienes aportan un humor verbal sutil pero constante. Chase, especialmente, se desenvuelve con naturalidad en el papel de un hombre ingenuo y de buena fe, mientras que Aykroyd aporta ese toque de excéntrico y teatral que ya habíamos visto en sus trabajos anteriores. La comedia funciona particularmente bien en las interacciones entre ellos, y en las situaciones de "mala comprensión" que surgen de sus intentos de infiltrarse en un círculo de criminales rusos. La dirección de Harold Ramis, quien también colaboró en "Animal House" y "Cuna de espías", se centra en la acción y el humor, pero sin perder el equilibrio entre los momentos más absurdos y las secuencias de acción. Aunque no es una dirección particularmente innovadora, sirve para dar ritmo a la película y mantener al espectador entretenido.

El guion, escrito por Steve Thorne, es donde la película realmente destaca. Si bien la trama se basa en clichés del género, como el doble juego, la traición y la persecución a toda velocidad, el guion introduce elementos inesperados y personajes secundarios memorables, como el ex-agente ruso interpretado por Rowan Atkinson, que aporta un toque de humor físico que contrasta maravillosamente con el humor verbal de Chase y Aykroyd. Además, la película no teme a la exageración, llevando situaciones y diálogos a extremos absurdos, lo que contribuye en gran medida a su atractivo cómico. Hay una cierta libertad creativa en la forma en que el guion maneja el mundo de los espías, transformando la espionaje en un espectáculo de acción y comedia sin complejos.

No obstante, es importante señalar que la película tiene sus puntos débiles. Algunas de las escenas de acción son un tanto exageradas y poco convincentes, y el ritmo puede ser un poco irregular en algunos momentos. Además, la película, inevitablemente, depende en gran medida del humor de Chase y Aykroyd, lo cual podría ser un problema para aquellos espectadores que no aprecien su estilo cómico. No se trata de una obra maestra del género, pero sí de una comedia de espías entretenida que ofrece un refugio divertido y ligero para aquellos que buscan una película fácil de ver y disfrutar. La película logra, paradójicamente, ofrecer una crítica amable del mundo del espionaje, satirizando las convenciones del género y presentando a los protagonistas como personajes simpáticos e inofensivos.

Nota: 6/10