Espíritu del Bosque (2008)

“Espíritu del Bosque” es una película que, en esencia, se trata de una fábula moderna con un corazón noble, aunque un poco desfasado en su mensaje. La historia, en su premisa, es intrigante: un magnate, dispuesto a convertir un bosque virgen en una autopista, y un grupo heterogéneo de animales, liderados por los topos Furi y Linda, que se embarcan en una improbable misión para defender su hogar. La película, dirigida con una estética visual atractiva pero a veces poco inspirada, se aferra a la estética del cuento de hadas moderno, con un diseño de producción cuidadoso que recuerda a las películas de animación de Studio Ghibli, aunque sin alcanzar la misma profundidad emocional.

La dirección de José Miguel Moro se centra en la narración visual, construyendo una atmósfera sombría y melancólica que refleja el deterioro inminente del bosque. Hay momentos de belleza paisajística y de acción, especialmente en las secuencias de persecución, que, aunque simples, son ejecutadas con cierta energía. Sin embargo, la película carece de la sofisticación que se podría esperar de una historia con un mensaje tan importante: la necesidad de preservar la naturaleza. La narrativa a veces se siente un poco confusa, salteando entre momentos de suspense y de humor sin una cohesión clara. La banda sonora, en general, es correcta, pero se siente repetitiva y no logra generar la atmósfera esperada.

El reparto vocal es, en su mayoría, sólido. La actuación de Javier Godino como el Sr. D'Abondo es convincente, transmitiendo la frialdad y la arrogancia del antagonista sin caer en la caricatura. Sin embargo, la voz de María José Alfonso como la Sra. D'Abondo no es tan memorable. Los niños, en general, cumplen su cometido, aportando momentos de ternura y humor. Particularmente me sorprendió positivamente la voz del joven Álvaro Megías como el ratón Piorno, que aporta una energía contagiosa al grupo. Sin embargo, el personaje de Cebolo, el topo asustadizo recién llegado de la ciudad, resulta algo plano y carente de profundidad.

El guion es donde la película sufre más. Aunque la idea inicial es interesante, la trama se simplifica demasiado en el desarrollo. La revelación de qué tiene miedo la Sra. D'Abondo, a pesar de ser el punto central del conflicto, es un poco predecible. La solución, que implica dar vida al espíritu del bosque, es una conclusión algo forzada y que no explora las implicaciones emocionales de la historia. En definitiva, “Espíritu del Bosque” es una película decente, visualmente atractiva y con un mensaje importante, pero que se queda a medio camino, limitándose a ser una fábula sin alma. Se podría haber hecho mucho mejor con un guion más elaborado y con un mayor énfasis en la conexión emocional entre los personajes.

Nota: 6/10