Esposas frívolas (1922)

‘Esposas Frívolas’ (La Joie de Vivre, en su título original) de Murnau es un fresco de la alta sociedad parisina y el desencanto burgués, una joya cinematográfica que sigue resonando con una fresca audacia más de ochenta años después de su estreno. Más que una comedia, es una disección elegante y sutil del vacío existencial que acecha bajo la superficie del lujo y la frivolidad. La película no se dedica a la mera risa; su humor es implícito, surgiente de las incongruencias y las carencias que destila la vida de sus personajes.

La dirección de Ernst Lubitsch es magistral, construyendo atmósferas opulentas que contrastan brutalmente con el descontento interno de sus protagonistas. Lubitsch no se limita a mostrar; manipula la cámara, utilizando ángulos y movimientos que nos empujan a cuestionar la narrativa y a observar las interacciones con una mirada crítica. El uso de la luz, en particular, es fundamental para generar tensión y para resaltar las falsedades y los secretos que se esconden detrás de las máscaras. Es una dirección que busca la sutileza, prefiriendo el impacto psicológico a los efectos visuales espectaculares, un recurso que a veces se ve exagerado en el cine contemporáneo.

La película se centra en el personaje de Julian Treadwell (Peter Lorre), un conde inventado que se dedica a la seducción. Lorre, en un momento álgido de su carrera, ofrece una interpretación icónica. Su personaje no es un villano caricaturesco; es un hombre profundamente insatisfecho con su vida, que busca llenar su vacío a través de las relaciones superficiales y el engaño. Su actuación es increíblemente sutil y cargada de ironía. A su lado, Greta Garbo ofrece una interpretación igualmente memorable como la sofisticada y melancólica Vicky, una mujer atrapada en un matrimonio infeliz y en una sociedad que la considera un objeto de deseo. La química entre Garbo y Lorre es palpable y fundamental para el éxito de la película.

El guion, adaptado de una obra de teatro, es el verdadero corazón de la película. Se centra en la banalidad de las conversaciones y en las pequeñas mentiras que forman la base de las relaciones sociales. La trama, aparentemente simple, explora temas universales como la soledad, el deseo de felicidad y la ilusión de la felicidad. El diálogo es inteligente y mordaz, y se presta una gran atención al detalle en la descripción de los ambientes y los objetos, que reflejan el estado de ánimo de los personajes. La película no ofrece soluciones fáciles, ni heroísmo, simplemente expone la realidad de un mundo donde la felicidad es una aspiración inalcanzable.

‘Esposas Frívolas’ es una película que permanece en la memoria por su elegancia, su ironía y su profunda reflexión sobre la condición humana. Es un clásico del cine que ha influenciado a innumerables directores y que sigue siendo relevante en la actualidad. Su estilo único y su mensaje atemporal la convierten en una experiencia cinematográfica indispensable para cualquier amante del buen cine.

Nota: 8.5/10