Esta abuela es un peligro 2 (2006)

“Esta abuela es un peligro 2” no es solo una secuela; es una declaración de intenciones. El director, Chris Columbus, toma la premisa original y la amplía con una audacia que, aunque no siempre resulta impecable, demuestra una valentía admirable. La película se apoya firmemente en la peculiaridad de Seth MacFarlane, cuyo talento para la comedia física y su capacidad para construir personajes extravagantes es, sin duda, el corazón palpitante de esta divertida producción.

MacFarlane, como Malcolm Turner/Gran Abuela, ofrece una actuación magistral. Su habilidad para suplantar a una señora mayor no es solo física, sino también mimética. Captura a la perfección la actitud, los gestos y el habla de una anciana vivaz y ligeramente excéntrica, pero con una chispa traviesa que inmediatamente resulta cautivadora. Sin embargo, la película se complica un poco cuando se introduce la trama secundaria de la familia del sospechoso. Aunque la intención es generar más conflictos y momentos cómicos, la ejecución se siente un tanto forzada y desvinculada de la esencia del personaje principal. Los personajes secundarios, aunque divertidos en su individualidad, no logran alcanzar el mismo nivel de carisma que la Gran Abuela.

El guion, a menudo, se beneficia de la improvisación de MacFarlane, lo que se traduce en momentos genuinamente hilarantes. Pero la estructura narrativa se vuelve un poco caótica, alternando entre la investigación del FBI y los entrelazados dramas familiares. La trama principal, centrada en la seguridad nacional, se diluye en un mar de situaciones absurdas y diálogos ingeniosos, pero a veces, demasiado rápidos para ser plenamente disfrutados. Se siente como si se intentara abarcar demasiado terreno, perdiendo así cierta profundidad y ritmo. No obstante, Columbus consigue mantener una atmósfera ligera y refrescante, evitando caer en la seriedad excesiva que podría arruinar el espíritu de la película.

La dirección de Columbus es competente, con una cuidadosa atención al detalle en la caracterización visual de la Gran Abuela. Los disfraces son elaborados y convincentes, contribuyendo de forma significativa al humor de la película. Las secuencias de acción, aunque breves, son coreografiadas con maestría, aprovechando al máximo el talento físico de MacFarlane. A pesar de algunas inconsistencias en la trama, la película ofrece un entretenimiento sólido y una experiencia visualmente atractiva. La comedia funciona de forma constante, y la presencia de MacFarlane es, sin duda, el principal atractivo. Este no es un clásico, pero ofrece una dosis de humor inteligente y un espectáculo visual que lo hace recomendable para aquellos que buscan una comedia ligera y poco convencional.

Nota: 7/10