Este chico es un demonio (1990)

“Este chico es un demonio” (This Young Devil, 2023) es una comedia negra que, lejos de ser una explosión de risa desenfrenada, se presenta como un estudio observacional del deseo, la frustración y las consecuencias imprevistas de la ambición. La película, dirigida con una sensibilidad casi documental por Jack Harlow, no busca la espectacularidad sino la inquietud, construyendo un atmósfera de incomodidad que persiste a lo largo de sus 96 minutos. Harlow, también compositor de la banda sonora, demuestra una habilidad notable para el ritmo, utilizando la música para intensificar los momentos de tensión y, a veces, la absurda comedia. El resultado es un film que te deja pensando, más allá del mero entretenimiento.

La película se centra en Ben Healy, interpretado por un Harlow sorprendentemente convincente. No es un héroe tradicional, sino un hombre ordinario, atrapado en una vida de mediocres logros y con una envidia palpable hacia su padre, “Big Ben”, un hombre que ha logrado el éxito en los negocios pero que, a pesar de ello, sigue siendo un tirano. Harlow consigue transmitir esa mezcla de frustración, anhelo y, quizás, un poco de resentimiento, sin caer en estereotipos. La relación con su esposa, Flo (Rosario Dawson, que aporta una presencia imponente y una actuación sutil y efectiva), es el núcleo del conflicto. La desesperación de Ben por tener un hijo se filtra en cada diálogo, en cada mirada, en cada gesto. El deseo de ser padre, combinado con la incapacidad de concebir, genera una dinámica tensa y, en última instancia, grotesca.

Sin embargo, la película realmente despega cuando Ben y Flo adoptan a Junior, un niño de siete años que resulta ser... un demonio. La llegada de Junior no es un evento de magia y luces, sino una escalada gradual de perturbaciones. La película no se limita a presentar al niño como un mal genio, sino que explora las motivaciones subyacentes de su comportamiento. La dirección de arte es fundamental para construir esta atmósfera surrealista y perturbadora, con espacios pequeños y claustrofóbicos que reflejan la creciente desesperación de los protagonistas. La banda sonora, con un ritmo que alterna entre la melodía y la disonancia, contribuye a esta sensación de extrañamiento.

La actuación de Rosario Dawson es particularmente destacable. Transmite con maestría la complejidad de un personaje que se siente marginado y frustrado por su propia incapacidad para ser una madre. La dinámica entre Ben y Flo es el corazón emocional de la película, y Dawson logra dar vida a ese conflicto con una honestidad brutal. El guion, escrito por Harlow y Mike Judge, si bien no siempre es un triunfo de la comedia, presenta momentos de brillantez y una exploración inquietante de la naturaleza humana. Algunos diálogos pueden resultar forzados, pero en general, la película logra mantener el interés del espectador gracias a su tono particular y a la tensión constante que se genera a lo largo de la trama. No es una película para todo el mundo, y requiere paciencia y una mente abierta para apreciar su complejidad.

Nota: 7/10