E.T. IN TERRA PAX (2011)

“E.T. In Terra Pax” no es una película fácil de digerir. Es un viaje visceral y oscuro a las entrañas de un Roma marginal, una Roma que respira desesperación y donde la ley se comporta como una mera sugerencia. La película, dirigida con maestría por Gianluca Botta, se distancia de la espectacularidad habitual del cine de género y se sumerge en la sordidez de un complejo de apartamentos que, más que un edificio, se convierte en un microcosmos de la miseria y la violencia. La ambientación es, sin duda, uno de los mayores logros de la película: la fotografía, con sus tonalidades grises y opacas, y la dirección de arte, meticulosa en la recreación de la decadencia, establecen un ambiente de opresión palpable desde los primeros minutos.

El guion, escrito por Botta y Francesco Olenicoi, se basa en un realismo implacable. No hay héroes ni villanos típicos; cada personaje, sin importar su moralidad, es producto de su entorno y de las circunstancias que le han moldeado. La historia de Marco, un hombre marcado por el pasado y luchando por reconectar con una familia que lo ha rechazado, es especialmente conmovedora. La película se resiste a ofrecer soluciones fáciles y se centra en la crudeza de la supervivencia. La trama, aunque a veces se siente un tanto lenta, se recompensa con momentos de tensión genuina y diálogos mordaces que revelan la desesperación subyacente. La película aborda temas como el abuso de drogas, la violencia doméstica y la falta de oportunidades, no con moralina, sino mostrando las consecuencias devastadoras de estos males.

Las actuaciones son sobresalientes. Maurizio Tesei, como Marco, entrega una interpretación cargada de matices, transmitiendo tanto la fragilidad como la determinación del personaje. Ughetta D’Onorascenzo, como Sonia, aporta una vulnerabilidad y una fuerza sorprendentes. Germano Gentile y Simone Crisari complementan el elenco con personajes secundarios memorables, cada uno de ellos representando un fragmento de la realidad social que se despliega en la pantalla. La química entre los actores es notable, lo que contribuye a la verosimilitud de la historia. No se trata de un despliegue grandilocuente de talento, sino de una actuación honesta y convincente, arraigada en la realidad de sus personajes.

En definitiva, “E.T. In Terra Pax” es una película inquietante y perturbadora, pero también profundamente humana. Es un retrato crudo y sin adornos de una Roma olvidada por el turismo y la glamurosa imagen de la ciudad eterna. Su valor reside en su capacidad para confrontar al espectador con la realidad más oscura de la sociedad italiana, sin caer en el sensacionalismo. La película se recuerda mucho después de que termina, por su atmósfera opresiva y sus personajes complejos. Una película que merece ser vista, aunque no sea para los débiles de corazón.

Nota: 7.5/10