“Everly” es un thriller claustrofóbico que, aunque no llega a revolucionar el género, consigue mantener la tensión y el interés del espectador durante la mayor parte de su duración. La película se centra en Hudson, interpretada con una naturalidad que roza la perfección por Sadie Sink, una actriz que demuestra una vez más su versatilidad actoral. Sink transmite la desesperación, el miedo y la determinación de su personaje con una sutileza que evita caer en clichés de la mujer en peligro. No se trata de una heroína invencible, sino de una mujer normal que se ve arrinconada y forzada a luchar por su supervivencia en un entorno cada vez más hostil.
La dirección de Alex Kurtzman es efectiva en la creación de una atmósfera opresiva. El apartamento, el único espacio en el que Hudson se encuentra, se convierte en un personaje en sí mismo. La fotografía, con sus sombras y ángulos, amplifica la sensación de encierro y peligro inminente. No hay escapatoria visual, lo que contribuye a la inmersión del espectador en la situación de la protagonista. Kurtzman sabe jugar con la iluminación y el sonido para generar sustos sutiles y perturbadores, sin recurrir a jump scares baratos que sacrifiquen la tensión narrativa. El ritmo de la película es constante, evitando pausas largas que puedan interrumpir el flujo de la historia. El director maneja bien los momentos de calma, preparándonos para los ataques inevitables, lo que aumenta el impacto de la acción.
El guion, aunque no especialmente original en su planteamiento central, está bien construido. La motivación del ex-novio, y la razón detrás de sus venganzas, se revelan gradualmente, lo que permite al espectador establecer una conexión con el antagonista, aunque sin empatizar con sus acciones. La película explora el tema del trauma y las secuelas de una relación abusiva, pero lo hace de manera inteligente, evitando simplificaciones y mostrando las consecuencias psicológicas que sufre Hudson. Sin embargo, en algunos momentos el diálogo resulta algo forzado y carente de profundidad, y algunas escenas podrían haber sido más desarrolladas para profundizar en la caracterización de los personajes secundarios.
A pesar de sus fallos, “Everly” es una película recomendable para aquellos que disfrutan de los thrillers psicológicos con una protagonista fuerte y un ambiente tenso. La actuación de Sadie Sink es, sin duda, el punto fuerte de la película, y la dirección consigue crear una experiencia cinematográfica satisfactoria y entretenida. La banda sonora, compuesta por Trent Reznor y Atticus Ross, complementa a la perfección la atmósfera de la película, acentuando la sensación de peligro y aislamiento. En definitiva, es una película de suspense que, aunque no alcanza la excelencia, ofrece un entretenimiento sólido y un buen espectáculo visual.
Nota: 7/10