eXistenZ (1999)

David Cronenberg, un maestro del horror body y la ciencia ficción con una vena perturbadora, regresa con ‘eXistenZ’, una película que no busca asustar, sino confrontar al espectador con la fragilidad de la realidad en la era del videojuego. La película, estrenada en 1999, se siente sorprendentemente actual, incluso hoy en día, con su visión inquietante de una sociedad adicta a la inmersión total en mundos virtuales. La película no se limita a explorar el peligro de la adicción; profundiza en la obsesión por la experiencia, la identidad y la naturaleza de la conciencia misma.

El argumento, centrado en la diseñadora de juegos Allegra Geller (Sharon Stone) y su obra maestra ‘eXistenZ’, es inteligente y contundente. Geller, atormentada por el éxito de su juego y la controversia que genera, descubre una vulnerabilidad: la capacidad de "conectar" físicamente con los jugadores mientras se encuentran inmersos en ‘eXistenZ’. Esta mecánica, central para la trama, es presentada de forma inquietante y perturbadora, con Cronenberg empleando un diseño visual y sonoro que crean una atmósfera de tensión constante. La película explora la idea de que la realidad no es más que una construcción, y que la línea entre la fantasía y la vida real se difumina progresivamente. No se trata de un terror convencional, sino de una angustia existencial, una reflexión sobre la búsqueda de significado en un mundo saturado de entretenimiento.

Sharon Stone ofrece una actuación extraordinariamente convincente como Allegra Geller. Su personaje es complejo, dividido entre la ambición artística, la culpa y una fascinación desquiciada por la tecnología. La actuación de Stone va más allá de la mera interpretación; transmite una sensación de aislamiento y paranoia que se vuelve contagiosa. También merece mención la actuación de Jarmusch, quien aporta una vulnerabilidad y una desesperación sutil pero poderosamente efectiva a la figura de Dredd, un jugador que se encuentra atrapado en un ciclo de realidad alterna.

Cronenberg, como siempre, demuestra su dominio visual. El diseño de producción es impecable, con la utilización de los módulos de simulación, ubicaciones que combinan la estética industrial con la futurista, creando espacios claustrofóbicos y a la vez, impactantes. La banda sonora, compuesta por Michael Pool, refuerza esa sensación de disonancia, utilizando sonidos electrónicos y texturales que generan una atmósfera opresiva y perturbadora. Lo más notable es, sin duda, el uso de los "pods" de conexión, los dispositivos que permiten la conexión física con los jugadores, diseñados para ser visualmente inquietantes y casi grotescos. La manera en que Cronenberg representa la conexión es tanto técnica como conceptualmente innovadora para su época.

Sin embargo, ‘eXistenZ’ no está exenta de imperfecciones. El ritmo, a veces, puede resultar un poco lento y la trama, aunque inteligente, a veces se complica demasiado en sus digresiones filosóficas. No obstante, estos pequeños defectos no impiden que sea una película esencial de la ciencia ficción del terror, una obra que invita a la reflexión y que plantea preguntas profundas sobre el futuro de la humanidad y la naturaleza de la experiencia humana. Es una película que resuena mucho después de que termina la proyección, dejando al espectador con la sensación de que la realidad, tal como la conocemos, es mucho más frágil de lo que pensábamos.

Nota: 8.5/10