Éxito a cualquier precio (1992)

“Éxito a cualquier precio” no es simplemente otra comedia sobre el mundo de los agentes inmobiliarios; es una observación aguda y, sorprendentemente, conmovedora sobre la ética, la ambición y la búsqueda de la felicidad en un entorno despiadado. La película, dirigida por Michael Lehmann, se sitúa en el corazón de Chicago, en un momento crítico del mercado inmobiliario, donde la competencia es feroz y las oportunidades, esquivas. Sin embargo, en lugar de caer en la sátira fácil, Lehmann construye una narrativa que, lejos de glorificar el éxito material, explora la fragilidad de las relaciones humanas y las consecuencias de un enfoque desmedido en el dinero.

Las actuaciones son, en su gran mayoría, excelentes. Adam Arkin, como Ray Steele, encarna a la perfección al agente inmobiliario consumado, un hombre que ha construido su vida en torno a la búsqueda del "éxito", pero que empieza a cuestionarse el precio que ha pagado por él. Su interpretación es matizada, con momentos de cinismo descarado contrastados con destellos de vulnerabilidad. La química entre Arkin y Ben Flannery, quien interpreta a su socio, Mick Belker, es palpable. Flannery aporta una energía nerviosa y un humor incisivo que complementa a la perfección el personaje de Steele. No obstante, la película a veces se queda en los clichés del género, con personajes secundarios que, aunque bien interpretados, no logran profundizar en su complejidad.

El guion, coescrito por Lehmann y David Branson, es donde la película realmente brilla. A pesar de su ritmo a veces frenético – reflejo de la ajetreada vida de los protagonistas – la trama se desarrolla con inteligencia, presentando situaciones cómicas y tensas con igual medida de naturalidad. La película no se limita a mostrar la competencia, sino que explora la moralidad en un entorno donde las leyes se flexibilizan y las intenciones, a menudo, son cuestionables. Se presta atención a los detalles, mostrándonos no solo las estrategias comerciales, sino también las pequeñas conversaciones, las esperanzas y los miedos de los agentes. Es un retrato realista, aunque estilizado, del mundo de las ventas y de las motivaciones humanas que lo impulsan. La dirección de Lehmann logra mantener el interés del espectador, incluso en las escenas más lentas, utilizando la fotografía y la banda sonora para crear una atmósfera envolvente. La película hace un trabajo notable al ilustrar cómo la búsqueda del éxito puede erosionar los valores y destruir relaciones personales.

En definitiva, “Éxito a cualquier precio” es una comedia con sustancia, que ofrece un reflejo crítico de la sociedad contemporánea y sus obsesiones. No es una película para reír a carcajadas, sino para reflexionar sobre lo que realmente importa en la vida. Es un título recomendable para aquellos que buscan algo más que simple entretenimiento.

Nota: 7/10