Exorcismo en Georgia (2013)

“Exorcismo en Georgia” (Evil Dead Rise) no es una simple secuela de la saga original, ni un intento de replicar los éxitos de “El Exorcista”. Es algo mucho más visceral, perturbador y, en última instancia, mucho más efectivo. La película, dirigida por Russo y Ortega, se distancia considerablemente de la comedia de terror que caracterizaba las primeras entregas y se adentra en un territorio oscuro y lleno de ambigüedad, donde la línea entre la cordura y la locura se desdibuja por completo.

La ambientación en una casa rural abandonada en Georgia es crucial para la atmósfera general de la película. Los primeros planos claustrofóbicos, la iluminación tenue y las tomas en primera persona transmiten una sensación constante de amenaza inminente. El director de fotografía juega un papel fundamental, creando imágenes que se quedan grabadas en la mente del espectador, visualizando el deterioro de la casa y la creciente desesperación de los personajes. La casa no es solo un escenario, sino un personaje en sí misma, un testigo silencioso de los horrores que se desarrollan.

El guion se centra menos en el proceso de exorcismo tradicional y más en la lucha interna de los personajes. El viaje de Lisa (Ellie Bishop) a medida que intenta, con desesperación, salvar a su hija, es el núcleo de la historia. La actuación de Ellen Burstyn es impecable, su interpretación de Lisa es desgarradora, transmitiendo el pánico, la confusión y la impotencia frente a fuerzas que no comprende. Pero las actuaciones no se limitan a Burstyn: Shia LaBeouf, en un papel desafiante, entrega una actuación sorprendente y perturbadora, revelando capas de vulnerabilidad y locura. La dinámica entre los personajes es compleja, con momentos de tensión, humor negro y un entendimiento compartido de que la supervivencia es el objetivo principal.

Si bien la película mantiene elementos de gore y violencia explícita, no se basa en el espectáculo gratuito. La sangre y el horror son herramientas narrativas que sirven para amplificar el terror psicológico. La película explora la idea de que el horror más efectivo es aquel que reside en la mente del espectador, en las dudas, las miedos y la creencia en lo que no podemos ver. “Exorcismo en Georgia” desafía al espectador a cuestionar la realidad, a dudar de sus propios sentidos y a confrontar la posibilidad de que la locura pueda ser tan real como la posesión demoníaca. Es una película que, a pesar de su brutalidad visual, se mantiene inquietante mucho después de que la pantalla se apaga. La dirección es dinámica, utilizando técnicas de montaje y sonido para mantener una tensión constante.

Nota:** 8/10