Expired (2007)

“Expired” no es una película que te enganche desde el principio. Su ritmo deliberadamente lento, su fotografía sombría y la voz en off que narra la historia de Claire y Jay, son elementos que construyen una atmósfera opresiva, casi claustrofóbica, y que te exige paciencia. Este es, quizás, su mayor virtud y también su mayor obstáculo. Dirigida por Matthew Fellbaum, la película se sumerge en la desconexión y la soledad de dos personajes perdidos que encuentran una extraña y anómala conexión. La película no busca la espectacularidad, sino que se centra en el lento desmoronamiento de dos vidas que, de alguna manera, se encuentran al borde del abismo.

Samantha Morton aporta una interpretación magistral a Claire, transmitiendo la frustración, el resentimiento y la desesperación de una mujer atrapada en una rutina de multas que le sirve para llenar un vacío interior. Su mirada transmite un cansancio profundo, una sensación de que ha perdido la capacidad de conectar con el mundo que la rodea. Jason Patric, por su parte, ofrece una actuación igualmente poderosa como Jay, un oficial de tráfico consumido por el odio y la ira. La película explora la fuente de esa ira, mostrando la soledad y la desilusión que le han hecho perder la fe en la justicia y en el significado de su trabajo. La química entre Morton y Patric es sutil pero palpable; se nota que hay una profunda comprensión mutua entre sus personajes, una conexión que se establece a pesar de sus diferencias.

El guion, escrito por Fellbaum y Joshua Long, es un ejercicio de introspección. No se basa en diálogos grandilocuentes o en situaciones dramáticas de alto voltaje. La película se construye sobre la observación, sobre la exploración de los silencios y las miradas. La historia no se explica abiertamente; al espectador se le exige interpretar los gestos, las palabras y las acciones de los personajes. La voz en off, a menudo distante y reflexiva, aporta una capa adicional de interpretación, pero también genera cierta ambigüedad que puede resultar frustrante para algunos espectadores. La película parece querer sugerir que la redención y la esperanza son posibles, incluso en los momentos más oscuros, pero no lo hace de manera directa o fácil. La belleza de la película reside en su capacidad para evocar preguntas, no para ofrecer respuestas.

Visualmente, "Expired" es un logro. La fotografía de David A. Garcia es esencial para crear el ambiente de melancolía y desolación. Los colores apagados, la iluminación sombría y la composición cuidada contribuyen a la sensación de alienación. La película se desarrolla principalmente en escenarios urbanos desolados, lo que refuerza la idea de que los personajes están perdidos en un mundo impersonal y deshumanizado. Sin embargo, la película, en su enfoque en la introspección y la lentitud, no es para todos los gustos. Requiere una entrega del espectador que quizás no todos estén dispuestos a dar. A pesar de sus posibles limitaciones, “Expired” es una película reflexiva y provocadora, que deja una huella duradera en el espectador.

Nota: 7/10