“Extraction” no es simplemente un thriller de acción; es una visceral inmersión en un mundo de violencia extrema y adrenalina pura. La película, dirigida por Sam Hargrave, demuestra una audaz y a menudo despiadada maestría en la construcción de escenas de acción, elevándose por encima de las convenciones habituales del género. Hargrave no se limita a coreografías de lucha elaboradas y espectaculares, sino que emplea recursos visuales y narrativos para crear una sensación de vulnerabilidad palpable, llevando al espectador a compartir la angustia y el peligro de Tyler Rake, el protagonista, interpretado con una intensidad magnética por Chris Hemsworth.
Hemsworth, como siempre, ofrece una actuación imponente, aunque quizás menos centrada en la emotividad en comparación con trabajos anteriores. Su Tyler Rake es un hombre consumido por su pasado, marcado por decisiones terribles y la pérdida de su familia. Su decisión de aceptar una misión peligrosa, aparentemente sin cuestionamientos, revela una motivación compleja y, en última instancia, comprensible. No obstante, es en la ejecución de las secuencias de acción donde Hemsworth realmente brilla. Sus movimientos son fluidos, realistas y, lo más importante, transmiten la fragilidad y el cansancio de un hombre al límite. La película le proporciona momentos de heroísmo, sí, pero también de derrota y desesperación, humanizando al personaje de una forma que no siempre se ve en películas de acción.
Más allá de las escenas de lucha, la película destaca por su guion, que aunque no es particularmente original en cuanto a la premisa, se beneficia de un ritmo implacable y de diálogos concisos y efectivos. La trama se centra en el padre-hijo, un vínculo emocional que sirve como ancla a la audiencia en medio del caos. La dinámica entre Tyler y Ovi, interpretado con brío por Golshifteh Farahani, es el corazón de la película. Su relación, inicialmente marcada por la desconfianza, evoluciona a medida que enfrentan situaciones imposibles juntos, generando momentos genuinamente conmovedores. El guion, sin embargo, a veces recurre a clichés del género, y la resolución, aunque satisfactoria, podría haber sido más elaborada y sorprendentemente original.
La dirección de Hargrave es el principal motor de “Extraction”. El uso de la cámara, la iluminación y la edición son impecables, creando imágenes impactantes y sostenidas. La película aprovecha al máximo la locación en Vietnam, transformando la ciudad en un laberinto de peligros y oportunidades. La acción no se basa en explosiones masivas o efectos especiales grandilocuentes; en cambio, se construye a través de combates cuerpo a cuerpo, persecuciones en motocicleta y situaciones claustrofóbicas que intensifican la sensación de riesgo. La banda sonora, aunque no sobresaliente, complementa a la perfección la atmósfera de tensión y peligro.
En definitiva, “Extraction” es una película de acción visceral, entretenida y visualmente impresionante. Si bien el guion podría ser más profundo, la dirección de Hargrave, las actuaciones de Hemsworth y Farahani, y la intensidad de las secuencias de acción la convierten en una experiencia cinematográfica memorable. Es una película para disfrutar si buscas adrenalina y un thriller sin concesiones.
Nota: 7.5/10