Fagara (2019)

“Fagara” no es una película que te dejará con una gran explosión de emociones, sino que, en cambio, se instala en tu memoria como un susurro persistente. La historia, centrada en la complicada herencia que une a tres hermanas en Hong Kong, se presenta como un drama familiar bien intencionado, pero que, en su ejecución, carece de la chispa que le habría dado un mayor impacto. La premisa, la de descubrir la existencia de dos hermanas desconocidas tras la muerte del padre, es intrínsecamente atractiva, un terreno fértil para explorar temas de identidad, familia y responsabilidad. Sin embargo, el guion opta por la prudencia, evitando confrontaciones y dramas profundos en favor de una narración más suave y, en ocasiones, predecible.

La dirección de Li Xiaofeng es competente, logrando mantener un ritmo constante y una atmósfera ligeramente melancólica que refleja la incertidumbre de los personajes. Aunque el film se apoya en la belleza visual de Hong Kong – paisajes urbanos y vistas panorámicas que contrastan con la modestia del restaurante “Fagara” – no se atreve a arriesgarse en la puesta en escena. La fotografía es buena, pero carece de personalidad, y la banda sonora, aunque adecuada, tampoco destaca particularmente. La película se centra en las relaciones interpersonales, y, en este sentido, es donde se aprecia el mejor trabajo. La tensión entre las hermanas, Li Xiaofeng, Kenny Bee y Lo Chun Yip, es genuina, aunque nunca explota en momentos realmente dramáticos. Se percibe un cariño y una incomodidad latente que definen su relación, y sus interacciones son la base de la experiencia cinematográfica.

Las actuaciones son un punto fuerte del filme. Joman Chiang interpreta con sutileza al padre fallecido, transmitiendo la melancolía y la preocupación por sus hijas. Las tres hermanas principales ofrecen interpretaciones sólidas y naturales, pero quizás no se les dé suficiente espacio para profundizar en la complejidad de sus personajes. Kenny Bee, en particular, tiene un papel que podría haber sido más desafiante, pero se ve limitado por la trama. A pesar de las limitaciones del guion, los actores logran transmitir las emociones de sus personajes con honestidad y sensibilidad. La incorporación de Lo Chun Yip, como la nueva empleada del restaurante, ofrece un alivio cómico puntual y una dinámica interesante para las tres protagonistas.

En definitiva, “Fagara” es un drama familiar decente, pero sin grandes pretensiones. No es una obra maestra cinematográfica, ni tampoco un fracaso. Ofrece una visión amable y a menudo aburrida de la dinámica familiar y los desafíos del negocio. Es un film que puede resultar gratificante para aquellos que buscan una historia sencilla y reconfortante, pero que probablemente no dejará una huella duradera. Su valor reside más en su atmósfera evocadora y en las buenas actuaciones de sus actores, que compensan en parte las carencias del guion.

Nota: 6/10