Falcon Lake (2022)

“Falcon Lake” no es un thriller convencional, y quizás eso sea precisamente lo que la convierte en una experiencia cinematográfica memorable, aunque no exenta de ciertas inconsistencias. La película, dirigida por la joven Claire Beland, se centra en Bastien, un joven parisino que pasa sus vacaciones en una cabaña aislada junto a un lago en Quebec, donde conoce a Chloé, una chica mayor que despierta su deseo y curiosidad. La premisa, un romance juvenil con un toque de misterio y una leyenda local, tiene un gran potencial, y en gran medida lo cumple, ofreciendo un retrato honesto y, en ocasiones, inquietante de la adolescencia y la búsqueda de la identidad.

El guion, a pesar de su relativa brevedad, es la columna vertebral de la película. La directora consigue transmitir la vulnerabilidad de Bastien, su inseguridad y su deseo de ser aceptado. La narrativa se construye de manera pausada, permitiendo que el espectador se sumerja en el mundo interior del protagonista y en su relación con Chloé. El desarrollo de su vínculo es sutil y creíble, basado en la atracción física y la conexión emocional. Sin embargo, hay momentos en los que el ritmo se ralentiza excesivamente, y la tensión, aunque presente, no se materializa plenamente. La inclusión de la leyenda del fantasma del lago, aunque añadida para generar atmósfera y suspenso, a veces parece forzada y no se integra de la manera más orgánica en la trama principal.

Las actuaciones son, en general, sólidas. El joven actor que interpreta a Bastien, Antoine Langle, ofrece una interpretación honesta y convincente, transmitiendo con maestría la confusión y la timidez de un chico que se debate entre sus deseos y sus miedos. La interpretación de Chloé, por parte de la actriz Léa Dupont, es igualmente cautivadora. Su personaje es complejo y contradictorio, mostrando tanto su sensualidad como su vulnerabilidad. Sin embargo, la química entre los dos actores no siempre es tan intensa como se podría esperar, y en algunas escenas, la relación se siente un poco artificial. La fotografía, con sus tonos fríos y sobre todo, el uso del agua como elemento central, contribuye a crear una atmósfera de melancolía y misterio que envuelve la historia. El diseño de producción es efectivo, resaltando la belleza salvaje del entorno, pero también su aislamiento y su inquietante quietud.

En definitiva, “Falcon Lake” es una película con potencial, que explora temas relevantes como la sexualidad adolescente, el miedo, la pérdida y la búsqueda de la identidad. No es un drama romántico convencional, y tampoco un thriller lleno de sobresaltos, pero sí una historia con carácter, que invita a la reflexión. Su debilidad reside quizás en la falta de dinamismo en algunos momentos, y en una puesta en escena que, a pesar de su belleza visual, podría haber sido más audaz. No obstante, la película destaca por su honestidad, su atmósfera y las sólidas interpretaciones de sus protagonistas. Es una propuesta cinematográfica interesante para aquellos que buscan algo diferente.

Nota: 7/10