Fallen Leaves (2023)

“Fallen Leaves” no es un melodrama ostentoso, ni una comedia romántica caricaturesca. Es, en cambio, una película de cine que se instala en la quietud y la vulnerabilidad, te envuelve con la atmósfera gélida y melancólica de Helsinki, y te deja con una sensación persistente de calidez. La dirección de Juuri y AnttiLuuskanen es magistral en su sencillez; se alejan de la grandilocuencia y se centran en la autenticidad de sus personajes y situaciones. No hay excesos visuales, ni ambiciones desmedidas en la puesta en escena. Su enfoque reside en capturar los detalles cotidianos, la gestualidad, la mirada, el silencio. Esta naturalidad es crucial para que la película funcione tan bien y conecte con el espectador de una manera tan poderosa.

Las actuaciones son excepcionales. Emilia Nurgi y Yoo Ah-in, como Ansa y Holappa, respectivamente, ofrecen interpretaciones increíblemente honestas y conmovedoras. Nurgi, en particular, se desvela en la representación de una mujer que ha perdido la ilusión en la vida, atrapada en una rutina monótona. Su Ansa es frágil, observadora y, a pesar de su aparente desinterés, profundamente sensible. Yoo Ah-in, por su parte, aporta una riqueza emocional y una vulnerabilidad que le convierten en un Holappa genuinamente entrañable. No se trata de personajes perfectos; ambos son imperfectos, con sus propias heridas y sus propios errores, lo que los hace aún más humanos y reconocibles.

El guion, adaptado de la obra teatral de Sofi Oksanen, es la verdadera joya de la película. No busca resolver una historia de amor de forma rápida o dramática. En lugar de ello, construye una relación gradual, a través de pequeños gestos, miradas compartidas y conversaciones sutiles. El diálogo, a menudo silencioso y cargado de significado, explora temas universales como la soledad, la pérdida, el arrepentimiento y la esperanza. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que deja al espectador reflexionar sobre las complejidades de las relaciones humanas y la posibilidad de encontrar la felicidad en los lugares más inesperados. La adaptación teatral se ha respetado, manteniendo el ritmo pausado y el enfoque en el interior de los personajes, lo que permite que la historia se desarrolle de manera orgánica y natural.

Más allá de la trama romántica, “Fallen Leaves” es una meditación sobre la vida, la memoria y el deseo de conectar con alguien que nos comprende. Es una película que te llega al corazón y te acompaña mucho después de que los créditos finales hayan comenzado a rodar. No es una película para ver si buscas entretenimiento inmediato, sino para disfrutar de una experiencia cinematográfica que te invita a la introspección y a la contemplación. La película ha sido aclamada por la crítica y el público por su sensibilidad, su autenticidad y su belleza visual, y no es difícil comprender por qué.

Nota: 9/10