Fantasmas (Phantoms) (1998)

“Fantasmas” (Phantoms) es una película que se presenta como un thriller de misterio rural, una fórmula que, aunque no siempre exitosa, suele funcionar con cierta frecuencia. La película, que se desarrolla en un pequeño pueblo de Colorado, logra generar cierta atmósfera de inquietud desde sus primeros minutos, gracias en parte a su fotografía y a la localización, que evocan un ambiente de aislamiento y decadencia. Sin embargo, el desarrollo de la trama, y a veces la ejecución, no alcanzan el nivel que se podría esperar de un relato con tal potencial.

La dirección de Brian Nelson se centra en crear tensión y suspense, empleando planos largos y contemplativos, y jugando con la iluminación para acentuar el misterio. A pesar de esto, la película, en algunos momentos, cae en la repetición de patrones visuales y una lentitud deliberada que puede resultar abrumadora. Nelson demuestra cierta habilidad para sugerir más de lo que muestra, pero a veces la paciencia del espectador se ve sobrepasada, especialmente en la segunda mitad de la cinta. Si bien el ritmo pausado puede ser apreciado por algunos, otros podrían encontrarlo excesivo y carente de dinamismo.

El reparto, encabezado por el veterano Joe Pantolini como el experto en epidemias, ofrece actuaciones sólidas. Pantolini aporta credibilidad y un toque de humor negro que contrasta con la atmósfera opresiva de la película. Las hermanas, interpretadas por el dúo Kenzie y Rylan Sorensen, aportan una dinámica interesante a la historia, aunque sus personajes, en general, se sienten un poco planos y con poca profundidad. Se podría haber explorado más sus relaciones y motivaciones individuales, para que su presencia en el relato fuera más significativa.

El guion es, sin duda, el aspecto más débil de la película. A pesar de su premisa intrigante, la historia se construye sobre clichés del género, como el pueblo fantasma, la amenaza oculta y los secretos familiares. Los giros argumentales son predecibles y, en algunos casos, poco justificados. Se intenta explorar temas como el trauma, el legado familiar y la fragilidad de la comunidad, pero estas ideas se abordan superficialmente, sin desarrollar plenamente su potencial. El horror que se plantea no es particularmente original y el desarrollo de la amenaza que habita en el subsuelo carece de ambigüedad y complejidad. La explicación final, aunque intenta dar sentido a los eventos, se siente un tanto forzada y poco convincente.

En definitiva, “Fantasmas” es una película recomendable para aquellos que disfrutan del cine de terror rural y no esperan demasiado. Ofrece momentos de tensión y una atmósfera inquietante, pero su guion poco elaborado y su falta de originalidad la convierten en una experiencia decepcionante para aquellos que buscan un thriller de misterio verdaderamente memorable.

Nota: 6/10