Fast & Furious: Aún más rápido (2009)

“Fast & Furious: Aún más rápido” no es una película que pretenda cambiar el género del espectáculo de acción o generar reflexiones profundas sobre la moralidad. Es, como sus predecesoras, una dosis generosa de adrenalina, coches espectaculares y momentos absurdos, diseñada para entretener a un público que busca precisamente eso. Y, en ese sentido, la película cumple su cometido con notable éxito, aunque con una considerable pérdida de la sustancia que caracterizaba a las primeras entregas.

La premisa –la inevitable reunión de Dom Toretto y Brian O’Conner– se siente un tanto forzada. Su regreso a Los Ángeles, diez años después, no tiene un peso emocional real, y la justificación para su colaboración, un atraco con implicaciones que acentúan la venganza, se siente como un trampolín para la acción desenfrenada. La dirección de Louis Leterrier, quien regresa después de "El asesino silencioso", aporta una estética visualmente atractiva, con persecuciones más ágiles y elaboradas que en entregas anteriores. Sin embargo, su enfoque, más centrado en la coreografía de los movimientos de los vehículos, a veces, diluye la narrativa.

Las actuaciones son, en su mayoría, satisfactorias. Vin Diesel, como siempre, ofrece una presencia imponente, aunque su estilo de actuación, centrado en la expresión facial limitada y en el característico "Dominic Toretto", a veces puede resultar repetitivo. Jason Statham, en un papel secundario pero impactante, se suma a la banda sonora con su interpretación de un tipo duro, y Gal Gadot aporta un toque de sofisticación al papel de Leticia Rambeau. El elenco original, ahora envejecido pero manteniendo su espíritu, se siente como un legado que se quiere celebrar, un elemento que, aunque exagerado por el título, es fundamental para el atractivo de la franquicia.

El guion es el punto débil de la película. La trama es básica, llena de clichés y llena de giros argumentales que no convencen. Las motivaciones de los villanos son torpes y la resolución final es, en general, apresurada. Se sacrifican la complejidad y el desarrollo de personajes por el puro placer de ver coches chocando a velocidades vertiginosas. Se refuerza la idea de que el coraje y la lealtad son las únicas virtudes que importan, aunque este mensaje, aunque no sea necesariamente negativo, podría ser tratado con mayor sutileza. La película se entrega a la pura y dura acción, dejando poco espacio para la construcción de personajes o la exploración de temas más profundos.

En definitiva, “Fast & Furious: Aún más rápido” es un espectáculo visualmente impresionante que ofrece acción sin parar, pero que sacrifica la calidad narrativa en aras del entretenimiento superficial. Si buscas una película que te haga sentir como si estuvieras dentro del coche, esta es tu película. Si buscas algo más que un simple despliegue de coches y explosiones, quizás te decepcione.

Nota: 6/10