“Feast: Atrapados” es una experiencia cinematográfica visceral, que aunque no reinventa la rueda del terror, logra un impacto inmediato gracias a su premisa original y a una ejecución pragmática. El film se sitúa dentro del subgénero del “monster movie” contemporáneo, buscando apelar a la nostalgia de las películas de invasión alienígena de los 70 y 80, pero sin caer en la auto-parodia o la excesiva referencia. En lugar de intentar un horror psicológico complejo, se centra en el terror puro, en el suspense palpable y en la tensión constante ante una amenaza tangible y, sobre todo, repugnante.
La dirección de Dean Brereton es sólida y eficiente. Brereton consigue crear una atmósfera opresiva desde los primeros minutos, utilizando los espacios claustrofóbicos del bar y la oscuridad para generar incomodidad. La cinematografía, con una iluminación natural, aunque en ocasiones sobrecargada, contribuye al impacto visual de las criaturas, que son, en definitiva, lo más memorable de la película. La puesta en escena es realista y sin artificios; la cámara se mantiene a menudo en planos largos y rectos, lo que aumenta la sensación de vulnerabilidad de los personajes. No se recurre a la violencia gratuita, pero sí a imágenes impactantes y perturbadoras que, sin duda, marcan al espectador.
Las actuaciones son, en general, sólidas. El elenco, compuesto por veteranos del cine de terror como Stephen Uden, entre otros, dan vida a personajes creíbles, aunque con un desarrollo psicológico limitado. Cada uno reacciona a la amenaza de manera propia, mostrándonos la fragilidad humana frente a lo desconocido. Particularmente digna de mención es la interpretación de Stephen Uden como el jefe del bar, un hombre que intenta mantener la calma y el orden a pesar de la situación desesperada, ofreciendo un desempeño convincente y lleno de matices. No obstante, la película podría haber beneficiado de un mayor desarrollo de sus personajes secundarios.
El guion es donde se encuentran las mayores debilidades de la película. Si bien la idea central es original, la trama se mantiene relativamente predecible y carece de giros inesperados. El ritmo, a pesar de ser rápido, a veces se siente forzado, con momentos de acción intercalados con escenas de diálogo que, en algunos casos, no logran profundizar en la experiencia del terror. Las motivaciones de los depredadores voladores son confusas y, en última instancia, no se ofrecen respuestas satisfactorias. La película se centra en la supervivencia, pero no explora en profundidad el impacto psicológico del evento en los supervivientes. La lógica interna, a pesar de no ser fundamental para el género, a veces se desvía, con explicaciones poco convincentes o saltos inexplicables.
A pesar de sus defectos, “Feast: Atrapados” ofrece una experiencia de terror disfrutable, especialmente para aquellos que buscan un susto directo y una invasión alienígena visualmente convincente. La película se aleja de las tendencias actuales del terror, optando por un enfoque más clásico y efectivo. Su valor reside en su capacidad de generar tensión y provocar una respuesta visceral en el espectador. No es una obra maestra, pero cumple su cometido de mantener la atención del público y ofrecer una noche de cine memorable.
Nota: 6/10