‘Fight Back to School 3’ no es una obra maestra cinematográfica, lo admito. Sin embargo, tampoco es una simple pérdida de tiempo, y dentro de su género – acción, comedia negra y un toque de melodrama asiático – logra entretener, aunque con las limitaciones propias de su presupuesto y la dirección de Sam Lee.
La película se aferra a la fórmula que ha caracterizado la saga: Chow Sing Sing, interpretado con su habitual mueca de desconfianza por parte de Andy Ling, se ve arrastrado a una nueva y peligrosa trama. Esta vez, la historia lo involucra como el novio de Mimi Chu Mai-Mai, una socialité que intenta desesperadamente despertar al agente encubierto de él. La premisa no es particularmente original, pero la ejecución, aunque desigual, presenta momentos de genuino entretenimiento. La tensión se construye a través de persecuciones frenéticas, explosiones exageradas y un ritmo que, aunque a veces errático, mantiene la atención del espectador. Lee se mantiene fiel a su estilo de dirección, priorizando la acción sobre la sutileza o la profundización de los personajes. Las secuencias de lucha son coreografiadas con soltura y, a pesar de no ser revolucionarias, cumplen su función de mantener el dinamismo de la trama.
Las actuaciones son un punto fuerte de la película. Andy Ling mantiene su característico carisma y su expresión de duda constante, convirtiéndose en un protagonista reconocible y, en cierto modo, simpático. John Ching Tung y Leung Kar-yan aportan la intensidad explosiva que se espera de este tipo de películas, interpretando a los malos con una energía desbordante. Philip Chan, aunque con un papel más secundario, ofrece un toque de humor sutil que contrasta con la violencia de la trama. Sin embargo, el personaje de Mimi Chu Mai-Mai, interpretada por Charlene Man, queda ligeramente desaprovechado, mostrando solo un deseo de escapar de su vida y, en cierto modo, de Chow Sing Sing. Su motivación no se explora en profundidad, lo que limita su impacto emocional.
El guion es donde ‘Fight Back to School 3’ más claramente resiente su falta de presupuesto. Los diálogos son a menudo expositivos y carentes de ingenio, y la trama, aunque llena de giros inesperados, carece de una coherencia narrativa sólida. Se echa de menos la profundización en los aspectos morales de la corrupción y la venganza, temas que podrían haber enriquecido la historia. En resumen, la película se apoya en la acción y el espectáculo, dejando de lado la construcción de un mundo creíble y personajes bien definidos. Es un producto comercial diseñado para satisfacer al público que busca entretenimiento fácil y explosivo, y en ese sentido, cumple su cometido. No obstante, carece de la calidad narrativa que podría haberle elevado a un nivel superior.
Nota:** 6/10