“Dragones del Aire” (Valerian and the Valiant Hearts) es una película que, en su conjunto, se siente como una oportunidad perdida, un universo repleto de potencial visualmente deslumbrante que, sin embargo, palidece ante un guion superficial y actuaciones que, aunque competentes, no logran elevar la experiencia. La película, producida por Luc Besson, nos transporta a una galaxia vibrante, llena de razas alienígenas exóticas y paisajes deslumbrantes, y eso, en sí mismo, es un punto a favor considerable. La estética visual es, sin duda, la mejor carta en la mano de esta película: la coreografía de las batallas aéreas es impresionante, dinámica y llena de energía. Besson, conocido por su afición a la acción, y su equipo técnico han logrado crear secuencias de vuelo que son verdaderamente espectaculares y que rivalizan con algunas de las mejores películas de acción de los últimos años. La CGI es de primera, y la ambientación, con ciudades flotantes y paisajes alienígenas imaginativos, contribuye a una sensación de asombro y maravilla. Sin embargo, la belleza visual no puede compensar las deficiencias en otros aspectos de la película.
El guion, lamentablemente, es el mayor obstáculo para la película. La trama, centrada en la formación de un equipo de aviadores para proteger la galaxia de una amenaza inminente, se siente repetitiva y carente de profundidad. Los personajes, aunque con potencial, carecen de desarrollo y las motivaciones a menudo son poco convincentes. La relación entre Valerian, el protagonista, y Laureline, su compañera, se presenta como un cliché romántico y no evoluciona de forma significativa a lo largo de la película. Sus diálogos son a menudo torpes y poco naturales, lo que dificulta la conexión emocional con los personajes. Se intenta explorar temas como la amistad, el sacrificio y la lealtad, pero estas ideas se presentan de manera superficial y se pierden en el caos de las escenas de acción.
Las actuaciones son generalmente competentes, pero ninguna destaca realmente. Dane de Lisboas interpreta a Valerian con una expresión facial limitada, lo que dificulta la transmisión de sus emociones. El personaje de Laureline, interpretado por Karolina Wydra, es más carismático, pero aún así, se le presta poca atención a su desarrollo individual. El elenco de secundarios ofrece algunas actuaciones sólidas, pero se ven eclipsados por la dirección poco inspirada y la falta de profundidad en los personajes.
A pesar de su capacidad para impresionar visualmente, “Dragones del Aire” termina siendo una película olvidable. La acción es emocionante, pero la falta de un guion sólido y personajes convincentes impide que la película llegue a ser verdaderamente memorable. El potencial que Besson y su equipo visuales demuestran es innegable, pero, en esta ocasión, el material no está a la altura de la ejecución. Una película para disfrutar si buscas una explosión de acción visual, pero no esperes una historia que te haga reflexionar.
Nota: 6/10