First One Away (2021)

“First One Away” es una película que, a primera vista, parece una apuesta arriesgada por parte del director, pero que, en realidad, revela un experimento cinematográfico sorprendentemente efectivo. La premisa inicial, que involucra a un hombre tímido y antisocial arrastrado a una noche de jovencitas bajo la amenaza de contar una historia, es inherentemente incómoda. Y es precisamente esta incomodidad la que se convierte en el motor principal del humor, un humor que no se basa en chistes fáciles, sino en la sutil disección de la neurosis social y la sensación de estar fuera de lugar.

La dirección de Mark Woods se distingue por su enfoque visual y sonoro. Evita caer en la típica comedia slapstick, optando por un ritmo pausado, que permite la acumulación de situaciones absurdas y, a la vez, intensifica el desconcierto del protagonista. El uso de la cámara a menudo se centra en la perspectiva de Paul, reforzando su sensación de alienación y su intento desesperado de encontrar una salida. Hay momentos que recuerdan a la sensibilidad de las películas de Wes Anderson, aunque sin llegar a la misma estética formalizada. La banda sonora, integrada de manera natural, contribuye a la atmósfera de irrealidad que impregna la cinta.

La película se sustenta en gran medida en la actuación de Angus Imrie, quien brilla con una energía contagiosa y una capacidad innata para el humor absurdo. Su personaje, una versión caricaturesca de un amigo excéntrico y ligeramente loco, es el catalizador de toda la acción. Pero la película no se limita a su comedia, ya que Imrie logra transmitir una vulnerabilidad y un cariño genuino hacia Paul, estableciendo una dinámica interesante y creíble entre ambos. El resto del elenco complementa a la perfección, con interpretaciones sólidas y un enfoque en el humor de personajes, más que en el de un solo individuo. No obstante, la película podría beneficiarse de una mayor exploración de la relación entre Paul y sus amigos, que se presentan como arquetipos más que como personajes complejos.

El guion, aunque en ocasiones se siente un poco predecible en su estructura, es lo que realmente da vida a la historia. La trama, construida alrededor de reglas aparentemente arbitrarias, genera una serie de eventos inesperados y situaciones cómicas que desafían la lógica y, al mismo tiempo, revelan el lado más excéntrico de la amistad. El humor es inteligente y original, evitando clichés y ofreciendo momentos genuinamente memorables. La película consigue equilibrar la comedia con la melancolía, explorando temas como la soledad, la aceptación y la búsqueda de la conexión, sin caer en sentimentalismos gratuitos. “First One Away” es, en definitiva, una comedia original y refrescante que merece ser vista.

Nota:** 7/10