Fishtales (2007)

“Fishtales” es una película que, si bien se basa en un concepto intrigante, termina siendo una experiencia cinematográfica algo decepcionante. La premisa, la mezcla de mitología griega con un romance moderno y la búsqueda personal de un profesor desanimado, tenía el potencial de ser verdaderamente cautivadora, pero la ejecución no siempre alcanza la altura prometida. La película se introduce con una atmósfera relajada en la isla griega, y el director, Chris Reed, logra captar la belleza del paisaje y crear una sensación de aislamiento que funciona bien al principio. Sin embargo, la trama, aunque interesante en su concepción, se vuelve predecible y, en ocasiones, torpe.

La dirección de Reed es competente, utilizando la fotografía para resaltar la luz y el color del entorno. La banda sonora, con melodías inspiradas en la música griega, contribuye a la atmósfera general, pero a veces se siente un tanto exagerada o fuera de lugar, creando una disonancia que resta tensión a ciertos momentos. La película se siente, en cierto modo, como si el director estuviera más preocupado por mostrar la belleza de la isla que por construir una narrativa sólida. El ritmo es irregular, con momentos de calma interrumpidos por saltos abruptos en la trama, lo que dificulta la inmersión del espectador.

En cuanto a las actuaciones, el protagonista, Bill Pullman, ofrece una interpretación sobria y convincente como el profesor de historia, un hombre consumido por la frustración y la duda. Transmite de manera efectiva el peso de su fracaso académico y su deseo de redención. Sin embargo, la hija del profesor, interpretada por Emily Blunt, no logra generar la simpatía necesaria. Sus intentos de encontrar pareja para su padre son repetitivos y carentes de profundidad. El papel de la sirena, interpretado por Eva Röding, es el elemento más interesante y, en general, la mejor parte de la película. Röding aporta una sensualidad y una vulnerabilidad que contrastan con la torpeza de la trama y las actuaciones de los personajes humanos. Su personaje, aunque inicialmente presentado como un ser mitológico, se revela como alguien con un trasfondo complejo y un anhelo similar al del profesor.

El guion es, sin duda, el punto más débil de “Fishtales”. Las diálogos son a menudo poco naturales y las situaciones inverosímiles. Se intenta explorar temas como el amor, la identidad y el legado, pero estos temas se abordan superficialmente, sin profundizar en las complejidades emocionales que podrían haber enriquecido la historia. La resolución del conflicto principal es, para ser honesto, un tanto forzada y poco satisfactoria. Se sacrifica la coherencia lógica por el interés visual y el melodrama, generando una sensación de decepción en el espectador. Si bien la película ofrece visiones hermosas de Grecia y un pequeño toque de mitología, no logra conectar con el público a un nivel emocional o intelectual significativo. La película se queda como un recuerdo agradable, pero sin un impacto duradero.

Nota:** 6/10