Fixation (2022)

“Fixation” no es un thriller psicológico que te mantenga al borde del asiento con cada giro de tu muñeca; es una inmersión profunda y, a veces incómoda, en la fragilidad de la memoria y la potencial corrupción del sistema judicial. La película, dirigida con una notable precisión por el cineasta Mark Williams, se aferra a la inquietud, construyendo un ambiente denso y claustrofóbico que, desde el principio, te planta cara a cara con la protagonista, Dora (Maddie Hasson), y su lucha interna.

Hasson ofrece una actuación magistral. La incredulidad y la creciente paranoia de Dora son palpables en cada toma, en cada mirada. No se trata de un personaje fácilmente comprensible; es una joven vulnerable, atrapada en una red de sospechas y acusaciones que amenazan su cordura. La actuación de Hasson, que va desde la esperanza inicial hasta la desesperación absoluta, es el corazón y el alma de la película. Bryn McAuley, como el psiquiatra Dr. Vance, aporta una presencia inquietante y controlada, logrando transmitir la ambigüedad moral de su personaje, un hombre en medio de una batalla entre la ciencia y la ética.

El guion, adaptado de un relato de Neil LaBute, se centra en la reconstrucción de traumas a través de las recreaciones. Esta técnica, aunque no siempre ejecutada con la brillantez que podría haber tenido, funciona como el núcleo de la narrativa. Las escenas con Genesis Rodriguez y Weronika Sokalska, que representan a las figuras clave del pasado de Dora, son particularmente perturbadoras, no por su espectacularidad, sino por la palpable sensación de que se está desvelando una verdad que quizás sea mejor dejar enterrada. La película explora las limitaciones de la evidencia y la subjetividad del recuerdo, plantando preguntas incómodas sobre la fiabilidad de la memoria y el poder de la sugestión. La dirección de fotografía, de tono frío y con predominio de grises y azules, contribuye a reforzar esta atmósfera opresiva y disonante.

Sin embargo, "Fixation" no es perfecta. El ritmo, a veces, se vuelve deliberadamente lento, lo que puede resultar frustrante para aquellos que esperan un thriller de ritmo vertiginoso. Algunas de las convenciones del género se cumplen de forma predecible, aunque la sólida actuación de los actores y la intensidad de la atmósfera compensan en gran medida estas debilidades. La película no busca ofrecer respuestas fáciles; más bien, la invita a cuestionar la verdad, a dudar de lo que vemos y a reflexionar sobre la naturaleza de la realidad. Es una película que permanece con la mente mucho después de que los créditos finales han comenzado a rodar, generando un debate interno sobre lo que es real y lo que no.

Nota: 7/10