“Flash Point” es una película de acción pulida, aunque ligeramente predecible, que se entrega como un torbellino de adrenalina desde sus primeros minutos. La historia, centrada en el inspector Ma, un policía marcado por su agresividad y con un pasado turbulento, se sumerge rápidamente en una trama de narcotráfico, donde la tensión se mantiene casi constante gracias a la dinámica entre Ma y su compañero, Wilson. La película, sin embargo, no se limita a ser una mera sucesión de persecuciones; intenta, con moderado éxito, explorar la complejidad moral de sus personajes y las consecuencias de sus decisiones.
La dirección de James DeGournay es competente y mantiene un ritmo frenético, utilizando planos dinámicos y una banda sonora intensa para intensificar la sensación de peligro inminente. Hay momentos donde la cámara se involucra de lleno en las persecuciones, con secuencias coreografiadas que son visualmente impactantes y que cumplen su cometido en términos de entretenimiento. No obstante, a veces, la priorización de la acción sobre la narración deja espacios que podrían haberse aprovechado para profundizar en la psicología de los personajes. El director no se atreve a tomar riesgos narrativos que pudieran salirse del camino trillado de la película de acción.
Las actuaciones son sólidas, con un Lee Min-ho especialmente convincente en el papel de Ma. Su personaje es inherentemente conflictivo, un hombre acostumbrado a la violencia que lucha contra sus propios demonios mientras intenta hacer cumplir la ley. Su interpretación transmite una intensidad palpable, y el público se identifica con su lucha interna. Park Sung-hoon, como Wilson, aporta un contrapunto más reluciente, personificando la lealtad y la búsqueda de la justicia dentro de las limitaciones de su profesión. Sus interacciones son el núcleo emocional de la película, ofreciendo algunos momentos genuinamente interesantes.
En cuanto al guion, “Flash Point” se beneficia de una trama bien estructurada y de diálogos concisos y efectivos. Sin embargo, el guion podría haber sido más audaz. Las conversaciones, aunque correctas, son a veces funcionales más que reveladoras. Los clichés del género – el infiltrado que debe elegir entre la ley y la lealtad, las traiciones inesperadas, el enfrentamiento final explosivo – se cumplen con diligencia, pero sin aportar nada nuevo. La película, en definitiva, se mueve dentro de los márgenes del género, sin buscar romper las convenciones. Se siente un poco como si la historia se hubiera construido a partir de piezas prefabricadas, en lugar de emergir orgánicamente de las decisiones de los personajes.
A pesar de estas limitaciones, “Flash Point” es un disfrutable espectáculo de acción. Es un cine que se ve bien en el cine de sala, ofreciendo un escape inmediato y visceral para el espectador. No es una obra maestra, pero sí una película que cumple su función de entretener y generar adrenalina.
Nota: 6.5/10