Frida (2002)

“Frida” de Alianello y Puigervera es, en última instancia, un homenaje visceral a la vida de una mujer extraordinariamente compleja, una mujer que desafió las convenciones sociales y artísticas de su tiempo con una valentía que sigue siendo inspiradora hoy en día. La película, lejos de ser una simple biografía, es una exploración profunda de la mente atormentada de Frida Kahlo, traduciendo su dolor, su pasión y su inconmensurable creatividad en imágenes impactantes y un melodrama de alto voltaje.

La dirección de Alianello y Puigervera es magistral, utilizando una paleta de colores vibrantes y una fotografía estilizada que se funde con la iconografía surrealista de la artista. El film se centra en la relación tumultuosa y apasionada entre Frida y Diego Rivera. No se limitan a mostrar la infidelidad de Diego como un simple hecho dramático; más bien, lo utilizan para exponer la fragilidad emocional de Frida, su constante necesidad de validación y su lucha por mantener un sentido de sí misma en medio de una relación abusiva y llena de constantes decepciones. La película te sumerge en su mundo, en su sufrimiento y en la forma en que, paradójicamente, ese dolor se convierte en el combustible de su arte.

Salma Hayek, en un papel que parecía predestinado para ella, ofrece una actuación absolutamente conmovedora. Su Frida es imperfecta, vulnerable, ferozmente inteligente y profundamente humana. Hayek no solo interpreta a la pintora, sino que la *se* convierte en Frida, transmitiendo a través de la mirada y la expresión facial la intensidad de sus emociones. La química entre Hayek y Diego, interpretado por Gael García Bernal, es palpable, aunque a veces un poco forzada. Bernal, sin embargo, logra transmitir la complejidad de Diego, su idealismo revolucionario y su incapacidad para comprender plenamente la fuerza incontrolable de Frida.

El guion, adaptado de la autobiografía de Frida Kahlo, está lleno de momentos de tensión, humor negro y escenas de profunda belleza. Si bien la película a veces se inclina por el melodrama, evitando profundizar en los matices políticos de la Revolución Mexicana (aunque la presencia de Trotsky añade una capa interesante de controversia), el enfoque principal permanece en la experiencia personal de Frida. La película también acierta en representar la intensidad de su proceso creativo, mostrando fragmentos de sus obras y la dedicación inquebrantable que tenía hacia su arte, incluso en medio de su sufrimiento. La inclusión de elementos surrealistas, como las numerosas sesiones de autorreflexión de Frida, refuerzan la naturaleza introspectiva del personaje.

En definitiva, "Frida" es una película que merece la pena ver no solo por su valor artístico, sino también por su capacidad para conectar con el espectador a un nivel emocional. Es un tributo a una mujer singular, una artista excepcional y un icono cultural que sigue generando admiración y debate. La película no intenta simplificar la vida de Frida Kahlo; la presenta en toda su complejidad, con sus luces y sus sombras, sus alegrías y sus desdichas.

Nota: 8.5/10