Fuego cruzado (2012)

“Fuego cruzado” (Gunfight), la nueva película de Robert Lorenz, es un western moderno que, a pesar de sus elementos genéricos, logra mantener un ritmo vertiginoso y un ambiente palpable de peligro que lo diferencian de muchas producciones del género. Lorenz, conocido por su visión particular del cine de acción, no se anda con rodeos: nos entrega un thriller visceral donde la violencia es brutal, realista y siempre justificada dentro de la narrativa, aunque quizás con la intención de asustar más que de generar un debate moral profundo.

La película se centra en Caleb Sullivan, interpretado magistralmente por Jeff Bridges. Bridges, en un momento cumbre de su carrera, ofrece una actuación cargada de matices que va desde la calma del bombero retirado hasta la furia desatada del hombre vengador. El actor transmite con gran habilidad la angustia y el trauma de un hombre que ha visto demasiado, que ha perdido la fe en el sistema y que, finalmente, decide tomar la justicia por su mano. Su personaje no es un héroe tradicional; es un hombre roto, marcado por el dolor y la pérdida, y su búsqueda de venganza no es un acto de nobleza, sino una respuesta visceral a la injusticia que ha presenciado.

La dirección de Lorenz es eficiente y dinámica. El uso de la cámara, a menudo en primera persona, sumerge al espectador en la experiencia de Caleb, transmitiendo la tensión y el caos de sus persecuciones. Las escenas de acción son coreografiadas con precisión y realismo, aprovechando los espacios abiertos del desierto para crear un ambiente claustrofóbico y peligroso. Se evita la sobreexposición visual, permitiendo que la tensión se construya a través de los sonidos, la música y las interpretaciones de los actores. La cinematografía de Michael Seresin, con una paleta de colores apagados que realzan la atmósfera desolada, es otro punto fuerte de la película.

El guion, coescrito por Lorenz y Daniel Casey, presenta algunos clichés del género western, como la banda de mafiosos despiadados liderada por un villano caricaturesco (Mel Gibson, aunque su papel es limitado) y el interés romántico improbable con una mujer (Jennifer Jason Leigh) que se ve atrapada en medio del conflicto. Sin embargo, la historia compensa estas debilidades con sus giros argumentales y la construcción de la relación entre Caleb y su protegida. El desarrollo del personaje de Leigh es especialmente interesante, ya que representa la esperanza en un mundo dominado por la violencia.

No obstante, la película no llega a ser una obra maestra. Algunos diálogos son un poco torpes y la resolución final, aunque satisfactoria, podría haber sido más elaborada. Aun así, “Fuego cruzado” es un entretenimiento sólido, con una excelente actuación de Jeff Bridges y una dirección que sabe cómo generar tensión y suspense. Es un western moderno que, más allá de la espectacularidad de las persecuciones, plantea preguntas sobre la justicia, la venganza y la redención. Un triunfo del género que merece la pena ver, especialmente si eres fan de las películas de acción con toques de western.

Nota: 7/10