Fuerza Bruta: Sin salida (2023)

“Fuerza Bruta: Sin Salida” no es solo una película de acción coreana; es una declaración. Es una inmersión brutal y visceral en la oscuridad de la corrupción, la venganza y la lucha por la justicia, donde las líneas entre el bien y el mal se difuminan hasta desaparecer. La película se presenta como una especie de “bajo” sobre el sistema judicial y la incapacidad de combatir a las organizaciones criminales, dejando al espectador con una sensación de desesperanza palpable.

La dirección de Jang Hoon es impecable. Logra un equilibrio perfecto entre la violencia gráfica, que a veces puede resultar excesiva, y el desarrollo de la historia. No se limita a mostrar la acción, sino que la utiliza para exponer la desesperación de Ma Seok-do, el protagonista, un hombre atormentado por un pasado sangriento. La película se beneficia de una planificación y puesta en escena meticulosas, con secuencias de persecución impresionantes y coreografías de lucha brutalmente realistas. Sin embargo, la película evita caer en la glorificación de la violencia. La cámara se detiene en momentos de dolor y silencio, dando como resultado una experiencia visualmente compleja y emocionalmente resonante.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Song Kang-ho, en el papel de Ma Seok-do, ofrece una interpretación magistral. Su Ma Seok-do es un personaje profundamente fracturado, un hombre consumido por la culpa y la necesidad de venganza, pero que aún conserva un mínimo de humanidad. La profundidad y la sutilidad de su actuación son excepcionales y lo convierten en el eje central de la narrativa. También destaca la interpretación de Lee Byung-hun como el jefe de la mafia japonesa, un antagonista frío, calculador y, a su vez, sorprendentemente vulnerable. La química entre los dos actores principales es magnífica y contribuye enormemente a la intensidad de la película.

El guion, adaptado de la novela de Han Sang-yeon, es inteligente y, a veces, inquietantemente realista. Se adentra en la complejidad de las relaciones de poder, la corrupción policial y la difícil situación de aquellos que intentan oponerse a los gánsters. Aunque la trama puede sentirse un poco lenta en algunos momentos, la escritura es efectiva en la construcción del mundo y en el desarrollo de los personajes. El guion se atreve a cuestionar los ideales de justicia, mostrando las consecuencias devastadoras de la venganza y la fragilidad del sistema judicial. La película no ofrece soluciones fáciles ni finales felices; simplemente presenta una situación brutal y muestra las consecuencias de las decisiones tomadas.

Sin embargo, debo reconocer que la película podría haber beneficiado de una mayor profundidad en la exploración de algunos personajes secundarios. Algunos de ellos se sienten un poco planos y sus motivaciones no siempre están completamente claras. Además, la constante alternancia entre escenas de acción y momentos más contemplativos puede resultar un poco desconcertante para el espectador. A pesar de ello, "Fuerza Bruta: Sin Salida" es una experiencia cinematográfica intensa y memorable, que invita a la reflexión sobre la naturaleza de la justicia y las consecuencias de la violencia.

Nota: 8/10