Funny Baby (1990)

“Funny Baby” es una comedia romántica peculiar que, paradójicamente, no logra encontrar el ritmo que promete en su premisa inicial. La película, dirigida por Michael Winterbottom, se basa en una premisa interesante: Duffy (Andy Serkis), un dibujante de cómics de dudosa fama, se encuentra en una encrucijada personal al sentirse abortado y convencerse de que, si espera lo suficiente, “encontrará su reloj biológico”. La frustración y la presión de su esposa, Lauren (Lena Headey), lo llevan a una atracción inesperada hacia la vibrante y despreocupada, Chloe (Kristen Bell). La película busca explorar la crisis de la masculinidad, la presión social para formar una familia y la búsqueda de la felicidad, pero la ejecución es, en general, más forzada que divertida.

Serkis, como siempre, ofrece una actuación sutil y convincente. Su Duffy es un personaje que, a pesar de sus defectos, despierta cierta empatía. La angustia y el miedo que alberga subyacen a sus acciones, y Serkis logra transmitir esa vulnerabilidad con gran maestría. Sin embargo, el guion, escrito en gran parte por Winterbottom, no logra profundizar lo suficiente en el personaje de Duffy. Sus motivaciones, aunque presentadas, son superficiales y su desarrollo se ve limitado por la trama central, que a menudo se desvía de un guion con potencial.

Lena Headey, interpretando a Lauren, aporta una intensidad dramática necesaria para el papel. La frustración y la desilusión de su personaje son palpables, aunque su interpretación tiende a ser un poco unidimensional. Kristen Bell, por otro lado, brilla como la enigmática Chloe, aportando una dosis de frescura y un toque de humor irreverente a la narrativa. La química entre Bell y Serkis es notable, creando momentos de genuina tensión y comedia ligera.

La dirección de Winterbottom, que a menudo se caracteriza por su estilo poco convencional y su enfoque en las emociones crudas, se muestra aquí un poco dispersa. A pesar de algunas escenas interesantes que exploran la incomodidad y la alienación, la película sufre de un ritmo irregular. La comedia no siempre fluye naturalmente y, en ocasiones, la película se prolonga innecesariamente, ralentizando la acción. El uso de la cámara, aunque a veces efectivo, a veces se siente intrusivo, interrumpiendo el flujo emocional de las escenas.

En definitiva, “Funny Baby” es una película con ideas interesantes pero que, en última instancia, no cumple con las expectativas que sus premisas generan. Aunque las actuaciones son sólidas y hay algunos momentos memorables, la dirección y el guion no logran llevar la historia a su máximo potencial. Se siente como un ejercicio de ideas incompletas, un experimento cinematográfico que, lamentablemente, no logra encontrar el equilibrio entre la comedia, el drama y la introspección.

Nota: 5/10