Funny Games (2008)

(EN) · Suspense, Terror · 1h 51m

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Póster de Funny Games
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Sinopsis

Anna, su marido George y su hijo de diez años se van a descansar a su residencia de vacaciones situada al lado de un lago. Nada más llegar, aparecen dos jóvenes aparentemente muy educados que dicen ser amigos de los vecinos y que les piden unos huevos. Remake norteamericano de la película homónima de Haneke, de 1997.

Ficha de la película

Título original

Funny Games


Estreno


Géneros

Idioma original

EN


Dirección

Guionista

Chris Coen, Hamish McAlpine, Hengameh Panahi, Christian Baute, Andro Steinborn, Andrea Occhipinti, Rene Bastian


Reparto principal de Funny Games

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Funny Games.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de Funny Games

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Funny Games. Consulta sus valoraciones y comentarios.

Andrés Ibáñez
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (8.5/10)

“Funny Games”, el remake estadounidense dirigido por Michael Haneke, no es una película que se olvide fácilmente. A diferencia de la original austriaca, que opera con una brutalidad implícita, este remake se entrega con una violencia gráfica que, lejos de ser gratuita, funciona como una herramienta para diseccionar la fragilidad de la clase media americana y la desconexión moral que la caracteriza. La película se sitúa en una lujosa casa de campo, un refugio que resulta ser una trampa para una familia con la que se desata una pesadilla de extremo horror.

La dirección de Michael Haneke es, como siempre, meticulosa y precisa. No hay excesos visuales, ni efectos especiales ostentosos. Haneke mantiene la distancia emocional, utilizando planos largos y silenciosos que permiten al espectador absorber la atmósfera de opresión y la creciente incomodidad. La cámara, fría y observadora, nos convierte en cómplices silenciosos de la violencia, sin juzgar ni ofrecer consuelo. Este distanciamiento es intencional y, en mi opinión, el punto fuerte de la película. Haneke consigue que la violencia no sea solo impactante, sino que nos obligue a confrontar nuestra propia complicidad pasiva frente a la indiferencia y la banalidad del mal.

Las actuaciones son magistrales, especialmente la de Steve Zahn como George, un hombre de negocios aparentemente exitoso pero que se desmorona ante la amenaza. Su actuación, cargada de vulnerabilidad y fragilidad, es el corazón de la película. Paul Rudd, como el otro joven, ofrece una interpretación notablemente sutil y perturbadora. Su comportamiento es ambiguo; una mezcla de aparente cortesía y una amenaza latente. La joven, Michelle Williams, aporta un toque de inocencia rota y desesperación, convirtiéndose en el eje central de la tragedia. No se trata de personajes típicos, sino de representantes de una sociedad que se ha vuelto ciega ante el sufrimiento ajeno, atrapada en su propio mundo de privilegio y superficialidad.

El guion, adaptado de la original por Taika Waititi y Hamish Tegelman, es la verdadera fuerza de la película. No se centra en la justificación de los actos violentos, sino en su consecuencia. La premisa, aparentemente simple, se convierte en una reflexión profunda sobre la naturaleza del mal, el papel de la pasividad y la falta de empatía. Los diálogos son escasos, pero cada uno está cargado de significado. La película juega con las expectativas del espectador, construyendo una tensión palpable que culmina en una serie de escenas brutales que, paradójicamente, resultan más impactantes por su silencio y su ausencia de explicación. Es una película que invita a la reflexión, a cuestionar nuestros propios valores y a confrontar la oscuridad que puede acechar incluso en los lugares más idílicos.

La película se siente como una advertencia, un espejo que refleja la deshumanización que amenaza a la sociedad moderna. No es un entretenimiento fácil, sino una experiencia perturbadora y profundamente resonante. La violencia, lejos de ser gratuita, es una herramienta de crítica social, un instrumento para desencadenar el horror y la reflexión. Es una obra maestra que, a pesar de su impacto visual, reside en su inteligente guion y su sutil pero contundente mensaje.

Nota: 8.5/10

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