Furia ciega (2011)

“Furia ciega” (Blindfire) es una película que se anclará en la memoria por su brutalidad visceral y un Nicolas Cage que, en su máxima expresión, parece desatar toda la energía de un volcán. La película, dirigida con una audaz ambición por Peter Berg, no busca la sutileza ni la complejidad narrativa; en su lugar, se sumerge de lleno en el caos emocional de un hombre devastado, y lo hace con una intensidad impactante que, si bien es efectiva, también puede resultar algo agotadora.

La película se basa en el trauma profundo de Milton (Cage), un ex-agente de la DEA, cuya vida se desmorona tras la muerte de su hija y el secuestro de su nieto. La locura que lo consume le lleva a transformarse en un vengativo y despiadado hombre. Berg opta por un estilo de dirección muy visual, con planos contrapicados y movimientos de cámara rápidos que reflejan la agitación interna de Milton. La paleta de colores, en su mayoría apagada y contrastada, contribuye a la atmósfera de desesperación y oscuridad que impregna la narrativa. Sin embargo, a veces, este estilo hiper-visual puede sentirse forzado, como si Berg intentara comunicar todo a través de imágenes en lugar de desarrollar el guion.

Las actuaciones son, sin duda, uno de los puntos fuertes de la película. Nicolas Cage, sin duda, ofrece la interpretación de su carrera. Su Milton es un torbellino de ira, dolor y rabia, y su entrega es absolutamente convincente. Amber Heard, aunque con un papel relativamente limitado, aporta una sensualidad y una vulnerabilidad que contrastan con la furia de Milton. Pero la verdadera revelación es William Fichtner, quien interpreta a la Mano Derecha del Diablo con una presencia amenazante y una escalofriante calma. Fichtner no solo es un antagonista memorable, sino que transmite una sensación de inevitable maldad que permea cada escena en la que aparece.

El guion, aunque eficiente en el desarrollo de la trama de venganza, presenta algunas debilidades. Si bien la premisa inicial es intrigante, la ejecución a veces se siente predecible y recurre a clichés del género. El ritmo, en ocasiones, se siente irregular, alternando momentos de acción frenética con escenas de diálogo que, lamentablemente, no profundizan en las motivaciones o el trasfondo de los personajes. Además, la película se concentra casi exclusivamente en la venganza, dejando de lado la exploración de temas más complejos como el duelo, la culpa o la redención. El resultado es una historia de acción en la que la emoción primita eclipsa la sustancia.

A pesar de estas fallas, “Furia ciega” es una experiencia cinematográfica intensa y perturbadora. Es una película que te obliga a prestar atención, incluso si la historia no es particularmente original. La energía cruda de Cage, la presencia imponente de Fichtner y la dirección directa de Berg la convierten en una película difícil de olvidar, aunque no necesariamente en un sentido positivo.

Nota: 6.5/10