“Garfield: La Película” (2004) es, en esencia, una apuesta segura. El atractivo de la tira cómica, con su felino sarcástico y su afición por la comida y el desdén por la vida, siempre ha sido enorme, y la adaptación cinematográfica, aunque no revolucionaria, logra capturar parte de esa esencia. Sin embargo, la película se queda a medio camino entre una nostalgia infantil y una trama que, a pesar de ser visualmente atractiva, carece de la chispa que haría de esta historia algo realmente memorable.
La dirección de Tim Miller es funcional. No se trata de un trabajo magistral, pero sí de una pieza cohesionada y sin excesivos sobresaltos. Se centra en mantener el ritmo narrativo estable, presentando la vida de Garfield y Jon de una manera entrañable, si bien, paradójicamente, la propia tranquilidad de la vida del gato se convierte en un obstáculo para generar interés en la trama. La película se basa fuertemente en el humor visual, recurriendo a situaciones cómicas derivadas de las payasadas entre Garfield y Odie, que, aunque divertidas en su momento, terminan volviéndose repetitivas y carentes de profundidad.
Las actuaciones son acertadas. Bill Murray, como Garfield, aporta al personaje la dosis justa de cinismo, sarcasmo y esa actitud melancólica que lo define. La expresividad facial y el tono de voz de Murray son la clave para que el personaje resuene con el público. Chris Elliott, en el papel de Jon, entrega un personaje más o menos simpático, aunque a menudo carente de gracia. La veterana Lauren Layne como Arlene, la vecina de Jon, ofrece momentos de alivio cómico, aunque su papel es ligeramente plano. La presencia de Miley Cyrus como Mimi, la hija de Jon, es un elemento inesperado y, en cierto modo, logrando conectar la película con una generación más joven.
El guion es, quizás, el punto débil de la película. Si bien la premisa de la llegada de Mimi y sus interacciones con Garfield es interesante, la historia se resuelve de forma predecible y poco innovadora. La trama secundaria, que involucra a una empresa que intenta explotar la popularidad de Mimi para su propio beneficio, resulta forzada y poco integrada en la narrativa principal. Se intenta crear tensión, pero la historia se siente superficial y desprovista de una profundidad que justifique el desarrollo de los personajes o las situaciones planteadas. La película se queda en una comedia ligera, con algún momento de gracia, pero que no logra trascender su propia fórmula.
En definitiva, “Garfield: La Película” es una experiencia entretenida para los amantes de la tira cómica y aquellos que buscan una comedia familiar ligera. Sin embargo, no es una obra maestra cinematográfica y su historia, aunque divertida, carece de la complejidad y la originalidad que podrían haberla elevado a un nivel superior. Es un buen rato, pero nada más.
Nota: 6/10