Ghost Dog, el camino del samurai (1999)

(EN) · Crimen, Drama · 1h 56m

Todos los asesinos viven más allá de la ley.... sólo uno sigue el código.

Póster de Ghost Dog, el camino del samurai
Media
4.3 /10

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Sinopsis

"Ghost Dog" (Whitaker) es un asesino a sueldo de Nueva York, un hombre de actitud tranquila en su vida diaria que se rige bajo el código de honor de los antiguos samuráis.

Ficha técnica

Título original

Ghost Dog: The Way of the Samurai


Estreno


Géneros

Idioma original

EN


Dirección

Guionista

Jim Jarmusch, Richard Guay


Reparto principal de Ghost Dog, el camino del samurai

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Ghost Dog, el camino del samurai.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de Ghost Dog, el camino del samurai

Nuestra crítica de Ghost Dog, el camino del samurai

Opinión editorial sobre la película y valoración general del contenido.

Por el equipo de Programación en Directo

Whitaker ("El último rey de Escocia", Saw Gerrera en el universo "Star Wars") es el encargado de dar vida a tan particular héroe, un moderno samurái que dedica su vida al capo mafioso que lo salvó cuando era niño... hasta que un malentendido hace que se cuestione su lealtad.

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Ghost Dog, el camino del samurai. Consulta sus valoraciones y comentarios.

Patricia Ferrer
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (8.5/10)

“Ghost Dog, el camino del samurai” es una película que se aferra a su singularidad, no por ostentación, sino por una honestidad estética y narrativa que la convierte en una joya anacrónica. Jim Jarmusch, con su habitual sutileza, nos presenta a Bill, un hombre cuya vida en Nueva York se rige por la disciplina y el honor del código samurai. No es un asesino despiadado; su actuación se realiza con una calma glacial, casi contemplativa, que es tanto perturbadora como fascinante. Esta decisión, lejos de ser una simple particularidad, es el núcleo de una reflexión sobre la violencia, la moral y la búsqueda de la paz interior en un entorno urbano caótico.

La dirección de Jarmusch es magistral en su minimalismo. La película se apoya en la fotografía en blanco y negro, que no solo crea una atmósfera vintage y evocadora, sino que también sirve para intensificar la sensación de desrealización. Las escenas son cortas, deliberadas y dominadas por la cámara mano, que nos permite experimentar la ciudad a través de los ojos de Bill, un fugitivo en un laberinto de cemento. La música, compuesta por Neil Young, complementa perfectamente la atmósfera, aportando un tono melancólico y contemplativo que se integra de forma casi orgánica en la narrativa.

Tom Hanks ofrece una actuación memorable como Bill. Su interpretación es sutil, casi etérea. No recae en clichés de héroe-samurai; en cambio, muestra un hombre en constante conflicto entre su código ético y las circunstancias que le obligan a llevar a cabo sus “misiones”. La química entre Hanks y Dan Hedaya, que interpreta a un jefe de la mafia local, es palpable y añade una capa de tensión y humor negro a la trama. Hedaya, en un papel que podría haberlo reducido a un villano caricaturesco, logra un retrato complejo y ambiguo, mostrando tanto la astucia como la vulnerabilidad de un hombre atrapado en un mundo de violencia.

El guion, coescrito por Jarmusch, se centra en la incomunicación y la dificultad de la adaptación cultural. Bill no entiende la jerga de la mafia, ni comprende la banalidad de la violencia que lo rodea. Su intento de vivir de acuerdo con su código de honor en un entorno tan ajeno a él es una constante fuente de frustración y, a la vez, de humor. La película no ofrece respuestas fáciles, sino que plantea preguntas sobre la naturaleza de la violencia, la identidad y la búsqueda de un sentido en un mundo secularizado. El ritmo pausado, aunque pueda resultar lento para algunos espectadores, es esencial para construir la atmósfera y para permitir que el espectador se sumerja en la experiencia de Bill. La ausencia de diálogos superfluos y la insistencia en la observación silenciosa son elementos clave de la dirección.

En definitiva, “Ghost Dog” es una película que desafía las convenciones del género de acción y que invita a la reflexión. No es un espectáculo de violencia, sino una meditación sobre la búsqueda de la paz interior en un mundo caótico. Es una película que se queda en la memoria con una fuerza silenciosa y una belleza estética innegable.

Nota: 8.5/10

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