Gilda (1946)

(EN) · Romance, Drama, Suspense · 1h 50m

"Fui fiel a un hombre una vez... y mira lo que pasó..."

Póster de Gilda
Media
1.1 /10

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Dónde ver Gilda

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Sinopsis

Johnny Farrell, un aventurero que vive de hacer trampas en el juego, recala en Buenos Aires. Allí le saca de un apuro un hombre llamado Ballin Mundson, propietario de un lujoso casino. El recién llegado termina convirtiéndose en el individuo de confianza de su anfitrión. Un día, su superior le presenta a su esposa, Gilda. Él reacciona con perplejidad, ya que ella lo convirtió en el ser amargado y cínico que es ahora.

Ficha técnica

Título original

Gilda


Estreno



Idioma original

EN


Dirección

Guionista

Virginia Van Upp


Reparto principal de Gilda

Actores y actrices destacados que dan vida a la historia en Gilda.

Tráiler Oficial

Ver tráiler oficial de Gilda

Críticas de la película

Opiniones reales de usuarios que han visto Gilda. Consulta sus valoraciones y comentarios.

Silvia Peña
⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐⭐ (8.0/10)

“Gilda”, la película de 1946 dirigida por George Cukor, es una joya cinematográfica que, a pesar de su duración, cautiva con su atmósfera de misterio, sus personajes complejos y sus magistrales interpretaciones. La película, basada en la obra de O. Henry, no es simplemente un thriller de espías, sino una exploración sutil y, a veces, brutal, de la ambición, el engaño y la manipulación en el corazón del glamour y la opulencia de Buenos Aires. Cukor logra un control narrativo impecable, creando una tensión constante que se intensifica a medida que se desvela la verdad sobre la relación entre Johnny Farrell, interpretado con una elegancia glacial por Glenn Ford, y Gilda, el personaje encarnado con una intensidad inigualable por Rita Hayworth.

La película se distingue por su dirección, donde Cukor evita las ostentosas melodramas y se enfoca en la sutileza de la expresión y la comunicación no verbal. La cinematografía de Arthur Edeson es fundamental para construir la atmósfera: la luz es siempre teatral, jugando con las sombras y el contraste para subrayar la oscuridad que impregna la historia. La locación en Buenos Aires, con su arquitectura europea y su ambiente exótico, no es solo un decorado, sino un personaje más, un reflejo de la moralidad decadente y el peligro que acecha bajo la superficie brillante del casino. La música, a menudo casi inaudible, contribuye a la sensación de inquietud y a la creciente paranoia del protagonista.

Pero el verdadero corazón de “Gilda” reside en las actuaciones. Glenn Ford, como Johnny Farrell, ofrece una interpretación brillante, mostrando la transformación gradual del hombre ingenuo y confiado en un individuo desconfiado y amargado. Su evolución, no tan rápida como quizás algunos esperaran, es lo que le da credibilidad a la historia. Sin embargo, la actuación de Rita Hayworth como Gilda es, sin duda, la más memorable. Su Gilda es una criatura de hielo, una belleza letal que seduce, manipula y destruye sin remordimientos. Hayworth logra transmitir una mezcla de vulnerabilidad, peligro y una profundidad oscura que es absolutamente fascinante. Su mirada, en particular, es un arma letal, capaz de perforar la armadura de cualquier hombre. La química entre Ford y Hayworth es, a pesar del evidente conflicto, palpable, lo que añade una capa de complejidad emocional a la trama.

El guion, adaptado de la historia de O. Henry, se mantiene fiel al espíritu de la original, aunque se amplía y profundiza en los motivos de los personajes. No se trata de una simple historia de amor prohibido, sino de un examen psicológico de la ambición y la traición. La trama, aunque a veces un poco lenta, mantiene al espectador en vilo hasta el final, revelando capas de engaño y manipulación que desafían la lógica y la moralidad. La película plantea preguntas inquietantes sobre la naturaleza del poder, la fragilidad de la confianza y el precio del éxito. La tensión se construye a través de flashbacks y revelaciones graduales, manteniendo el misterio y la incertidumbre hasta el desenlace impactante.

En definitiva, “Gilda” es una película maestra del cine negro, una joya atemporal que se mantiene relevante gracias a su ambigüedad moral, sus personajes memorables y su atmósfera de suspenso constante. Es una experiencia cinematográfica que se queda grabada en la memoria, invitando a la reflexión sobre la complejidad de la naturaleza humana.

Nota: 8/10

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