Gloomy Sunday - Ein Lied von Liebe und Tod (1999)

“Gloomy Sunday - Ein Lied von Liebe und Tod” no es una película para disfrutar en un estado de ánimo particularmente alegre, ni para empezar un día soleado. Adaptación de la novela homónima de Víctor Frankl, la película se sumerge en la oscuridad existencial y la melancolía de la Segunda Guerra Mundial, explorando temas complejos como el amor, la pérdida y la desesperación a través de un prisma visceral y, a veces, inquietante. La historia, centrada en la obsesión de tres hombres por una joven camarera llamada Lotte, es un entramado de deseos no correspondidos, sueños rotos y la inevitable sensación de impotencia frente al destino.

La dirección de Stefan Weisse es notablemente austera, casi desprovista de adornos visuales. No se busca la grandilocuencia ni la espectacularidad. En cambio, Weisse opta por una paleta de colores apagados, una fotografía en blanco y negro que enfatiza la atmósfera opresiva y la falta de esperanza. El uso del espacio, la composición de los planos, contribuyen a la sensación de encierro y aislamiento que domina la película. Se percibe una tensión constante, un anticipar de lo inevitable. La película no intenta seducir al espectador con efectos especiales o un ritmo frenético; su fuerza reside en la meticulosa construcción de la atmósfera y en la economía de los recursos.

Las actuaciones son excepcionales, lideradas por Otto Zobernig como el dueño del restaurante, un intelectual consumido por sus fantasías y su incapacidad para conectar con el mundo real. Su personaje es profundamente enigmático, una figura que se diluye en la búsqueda de la belleza y la perfección, pero que al mismo tiempo se niega a enfrentarse a la realidad. El músico, interpretado por Ulrich Matthes, aporta una presencia aún más inquietante, con un aura de misterio y una vulnerabilidad subyacente. Sin embargo, la actriz que da vida a Lotte, Elina Nechay, es quien realmente se lleva la película. Su interpretación es sutil pero poderosa, capturando la fragilidad y la inocencia de una mujer atrapada entre los anhelos de los hombres que la rodean. La química entre los actores es palpable, aunque se trate de una relación basada en la frustración y la desesperación.

El guion, adaptado de la novela de Frankl, se centra en la psicología de los personajes más que en una trama lineal. Se profundiza en sus motivaciones, en sus miedos y en sus deseos. La película no ofrece respuestas fáciles, ni pretende moralizar. Más bien, invita a la reflexión sobre la naturaleza humana, la búsqueda de la felicidad y la inevitabilidad de la muerte. La elección de la novela original, con sus elementos oníricos y su exploración del psicoanálisis, le confiere una profundidad y un simbolismo que merecen ser apreciados. La inclusión de la canción “Gloomy Sunday” como hilo conductor, y la manera en que se entrelaza con la narrativa, añade una capa adicional de significado y tristeza.

Aunque su temática es oscura y su ritmo puede resultar pausado para algunos, “Gloomy Sunday - Ein Lied von Liebe und Tod” es una película que permanece en la memoria. Es una obra cinematográfica que exige una mirada atenta y una disposición para enfrentar la melancolía y la desesperación. No es un entretenimiento ligero, sino una experiencia cinematográfica que invita a la introspección y a la contemplación.

Nota: 8/10