God's Time (2023)

“God’s Time” no es una película que te deje con la mente en blanco, pero sí te marca con una intensidad que pocos thrillers logran alcanzar. John Pope, director conocido por su trabajo en documentales y algunos cortometrajes, demuestra una maestría en la construcción de la tensión, utilizando la claustrofobia de las calles de Nueva York como un personaje más en la historia. La película no se basa en explosiones grandiosas o persecuciones de acción espectaculares, sino en una progresión lenta y metódica de la amenaza, aprovechando al máximo los espacios reducidos y la tensión psicológica que se genera entre los protagonistas.

La historia, sencilla en su premisa, se beneficia enormemente de las actuaciones de Ben Groh y Jared Abrahamson. Ambos actores ofrecen interpretaciones convincentes y palpables, transmitiendo con honestidad la fragilidad y la desesperación de sus personajes, dos hombres atormentados por su pasado y obsesionados con la mujer que comparten. La química entre Groh y Abrahamson es excepcional; se nota la larga historia que los une, la amistad y, inevitablemente, la rivalidad por Christiane Seidel. Seidel, por su parte, cumple con su papel con una elegancia perturbadora, dejando entrever una profundidad que va más allá de la simple manipulación. No es una villana caricaturesca, sino una figura compleja, quizás consumida por un dolor que la lleva a tomar decisiones extremas.

El guion, aunque no revolucionario en su estructura narrativa, se beneficia de un ritmo muy bien cuidado. Las conversaciones entre Ben y Jared son clave para entender el desarrollo de la trama y, más importante aún, la dinámica entre ellos. Pope evita las explicaciones innecesarias y se centra en la construcción del misterio, manteniendo al espectador en un estado constante de anticipación. A veces, la película se siente un poco desproporcionada en cuanto a la violencia, pero esta decisión, justificada por el contexto, sirve para enfatizar la urgencia de la situación y la desesperación de los protagonistas. Es un thriller que te atrapa desde el principio, y te mantiene pegado a la pantalla hasta el final, aunque algunas escenas podrían haberse recortado sin afectar la narrativa.

En definitiva, "God’s Time" es una película sólida y recomendable para los amantes del thriller psicológico que buscan una experiencia tensa y evocadora. No es un espectáculo visualmente deslumbrante, pero sí un estudio sobre la adicción, el amor, la venganza y la redención. La película invita a la reflexión, aunque no ofrece respuestas fáciles. Es un logro significativo para John Pope, que demuestra su talento como director y su capacidad para contar historias complejas y emocionalmente resonantes.

Nota: 7.5/10