‘Going the Distance’ no es una película que busca revolucionar el género de comedia road movie, pero sí logra ser una experiencia entretenida y a menudo hilarante, ofreciendo un respiro ligero al espectador. La película se apoya en un premisa sencilla: un joven frustrado por la traición de su novia, se embarca en un viaje por carretera impulsivo, con la ayuda de sus amigos, que resulta ser una explosión de situaciones absurdas y personajes memorablemente caricaturescos. El director Jim McKay, conocido por su trabajo en documentales, aporta una frescura a la comedia que evita caer en la repetitiva fórmula de la comedia de enredos.
La dirección es, quizás, el punto más fuerte de la película. McKay logra capturar la energía caótica del viaje, utilizando planos dinámicos y una fotografía que refleja el vibrante colorido de los Estados Unidos. Hay momentos donde la película se toma una licencia artística, jugando con la perspectiva y el montaje, lo cual no solo añade humor, sino que también da ritmo y profundidad visual a la narración. La película no se toma la comedia demasiado en serio, permitiendo que los errores y los accidentes sean tanto la causa como la oportunidad de la diversión.
Las actuaciones son sólidas, con un elenco que entrega interpretaciones convincentes, aunque sin buscar complejidades dramáticas. Chris Klein, como Nick, consigue transmitir la exasperación y la desesperación del protagonista de forma natural. Paul Rudd, como Tyler, aporta el equilibrio cómico con su encanto despreocupado. Pero es, sin duda, Seth Rogen como Dime quien se lleva la estela del comedia. Rogen, capaz de alternar entre momentos de inocencia adorable y situaciones absolutamente ridículas, es el corazón y el alma del grupo. Su química con Rogen es palpable y contribuye enormemente al humor general de la película.
El guion, a pesar de contar con algunos clichés del género, se beneficia de la libertad creativa que le otorga la premisa. La película no se detiene demasiado en la exploración de las motivaciones de los personajes, sino que se concentra en las situaciones y los encuentros que les rodean. A veces, este enfoque resulta en diálogos un tanto forzados, pero la abundancia de gags visuales y las interacciones inesperadas compensan con creces estas pequeñas fallas. La película no pretende ser un análisis profundo del amor o la traición, sino simplemente una aventura divertida y desenfadada.
En definitiva, ‘Going the Distance’ es una comedia road movie ligera y entretenida, que ofrece un buen rato al espectador y que, aunque no alcance la excelencia, se destaca por su energía, sus personajes y su capacidad para generar momentos memorables. Es una película que invita a desconectar y a disfrutar de un escape cómico.
Nota:** 6.5/10