Golda (2023)

“Golda” es una película que no se olvida fácilmente. Más allá de ser un relato de la Guerra de Yom Kippur, la película ofrece un estudio profundo y, a menudo incómodo, de la toma de decisiones en situaciones extremas. No se trata simplemente de una recreación de los días más tensos de 1973, sino de una exploración del liderazgo, la fe y la carga de la responsabilidad que recae sobre aquellos que dirigen un país en medio del caos. El director Guy Nattiv ha logrado, con una mano firme pero no maniquea, construir una narrativa que se centra en Golda Meir, la ‘Dama de Hierro’, durante los días cruciales de la guerra.

La película se beneficia enormemente de la interpretación de Helen Mirren. Su Golda Meir es un personaje complejo y multifacético. Mirren no recurre a la caricatura del líder fuerte e intransigente. En lugar de ello, nos presenta una mujer de edad avanzada, marcada por el peso de la historia, atormentada por sus errores pasados y consciente del futuro de Israel. Su interpretación es magistral en la sutileza de sus gestos, en la mirada que transmite una mezcla de determinación y vulnerabilidad, y, sobre todo, en la habilidad de reflejar la inmensa presión que soportaba. La mirada de Mirren, a menudo, es la que nos habla más directamente, revelando la duda, el miedo y la lucha interna que caracteriza a su personaje. La relación entre Mirren y la joven asistente de Golda, Evelyn (Judy Hoorno), se convierte en un punto de apoyo emocional, y también en un espejo que refleja la propia evolución del personaje de Meir a medida que la guerra avanza.

El guion de Scott Tiffany, basado en el libro de Tom Sandstrom, se beneficia de una cuidadosa investigación histórica. Aunque la película no se centra en secuencias de acción espectaculares, la tensión se construye a través de diálogos realistas y de un ritmo pausado que permite a la audiencia respirar y absorber la gravedad de la situación. El guion evita caer en simplismos y presenta las múltiples perspectivas involucradas: la incertidumbre de las fuerzas armadas israelíes, la presión internacional y, crucialmente, la lucha interna de Golda Meir entre la búsqueda de la unidad nacional y la gestión de una crisis que amenazaba la existencia misma de Israel. El guion no idealiza a Golda Meir, mostrando sus decisiones, a veces cuestionables, y las consecuencias de sus actos. La película se atreve a explorar la idea de que incluso los líderes más poderosos pueden cometer errores bajo circunstancias extremas.

“Golda” no es un espectáculo de guerra. Es, en su lugar, una meditación sobre el liderazgo, la responsabilidad y el peso de la historia. A través de la actuación impecable de Helen Mirren y un guion que se inclina por la reflexión y el realismo, Nattiv consigue ofrecer una visión profunda y conmovedora de una de las figuras más importantes del siglo XX. La película plantea preguntas difíciles sobre cómo se toman las decisiones en tiempos de crisis y cómo se evalúa el liderazgo después de la tormenta. Es un logro cinematográfico que merece ser visto y debatido. Es una película que, aunque no sea un bombazo de taquilla, merece ser recordada por su valor histórico y por su poderosa interpretación.

Nota:** 8.5/10