Golpe en Hawai (2004)

“Golpe en Hawái” es una comedia de acción sorprendentemente entretenida, aunque con un aire de familiaridad que la ancla a otros thrillers de espionaje de los 80. La película, dirigida por Carl Reitmaier, logra un equilibrio deliberado entre el humor pastelón y la tensión de un plan criminal, pero no llega a alcanzar la maestría de sus predecesores. Lo más destacable es, sin duda, la química entre Owen Wilson y Morgan Freeman, dos actores que se complementan a la perfección, ofreciendo una dinámica de mentor/aprendiz con un punto de diversión inherente.

Wilson, como Jack Ryan, ofrece una interpretación de su personaje habitual: un tipo despreocupado, un poco torpe pero con un corazón de oro (o, al menos, con la capacidad de hacer el bien, aunque a regañadientes). Su actuación es ligera y servirá para que el espectador se identifique con este personaje peculiar. Morgan Freeman, por su parte, aporta la seriedad y el carisma necesarios al rol del juez Walter Crewes, un hombre con una larga historia y una visión particular sobre la justicia. La dirección de Freeman, aunque discreta, es funcional y sabe mantener el ritmo de la película sin sobrecargarla. No es una dirección revolucionaria, pero se siente sólida y enfocada.

El guion, escrito por Jeff Feldhaus y Ted Farley, se apoya en clichés del género, con diálogos a veces forzados y situaciones que, en ocasiones, parecen sacadas directamente de una película anterior. Sin embargo, hay algunos momentos de ingenio y humor que logran escapar de las expectativas. La trama, centrada en el robo a un multimillonario, es sencilla pero efectiva. El ritmo es rápido y la película intenta mantenerse entretenida, evitando pausas innecesarias. La ambientación en Hawái, con sus playas y sus vistas panorámicas, es un añadido visual atractivo, aunque se utiliza más como un mero telón de fondo que como un elemento integral de la historia.

La película carece de profundidad y complejidad narrativa. El villano, interpretado por Peter Dinklage, es un personaje unidimensional y sin motivaciones claras. La película se centra en el “cómo” del robo, más que en el “por qué”, lo que resulta en una experiencia de entretenimiento ligera y superficial. Las escenas de acción son competentes pero no especialmente memorables, y se recurre con frecuencia a efectos especiales que, aunque decentes, no sorprenden ni llaman la atención. El thriller que subyace, aunque presente, no llega a ser del todo desarrollado. En resumen, "Golpe en Hawái" es una película que ofrece entretenimiento ligero y fácil, perfecta para una noche de cine sin pretensiones.

Nota: 6/10